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Todas las ediciones de la Feria Internacional del Libro (1a parte).

En sus casi 40 ediciones, la Feria ha tenido diferentes lemas, o temas convocantes, que han servido de guía para el desarrollo de sus actividades editoriales y actos culturales.

Con más de un millón de visitantes anuales, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires sigue siendo el acontecimiento cultural más popular de la ciudad. Desafiando las expectativas, la cultura libresca no cesa de crecer, globalizarse y ramificarse en las direcciones menos esperadas, y la Feria local, una de las más importantes y activas de la región, refleja esos fenómenos. En diálogo con adncultura, Oche Califa, director de la Feria, anticipa cómo se refleja ese panorama en la 41» edición: "Abandonamos los lemas y temáticas específicas porque la feria se transformó en un hecho multitudinario, con una pluralidad de expresiones culturales tan grandes que direccionarla en un sentido único es imposible".

FeriaDelLibro-logo

41.a Feria (2015): Cuarenta años de otro clásico de la literatura.

«Cuarenta años de otro clásico de la literatura». Así la organización presenta y define la edición número 40 de la Feria del Libro de Buenos Aires, el evento que desde hace cuatro décadas reúne a buena parte de la producción literaria argentina y que además es uno de los puntos de encuentro más importantes del continente, con sus visitas internacionales y la multiplicidad de actividades que ofrece año tras año. Para la presente edición, la ciudad invitada es São Paulo, y uno de los momentos más emotivos se vivió durante la inauguración: el encargado de abrir fue nada menos que Quino, creador de Mafalda y toda una eminencia en el mundo de habla hispana. El resto de los invitados son muchos y de un nivel incustionable: desde Paul Auster (Estados Unidos), John Coetzee (Sudáfrica), Izzeldin Abuelaish (Palestina) y Jacques Ancet (Francia), hasta Almudena Grandes (España), Temsula Ao (India), René Avilés Fabila (México), Mario Bellatin (Perú/México), Guillermo Bustamante Zamudio (Colombia), Zaida Capote Cruz (Cuba), Silvia Eugenia Castillero (México), Ricardo Cayuela (México) y William Gordon (Estados Unidos), entre muchísimos otros. Por algo está considerada una de las principales ferias del libro a nivel mundial.

40.a Feria (2014): San Juan Siempre.

Bajo la temática “San Juan Siempre”, y por octavo año consecutivo, la provincia tendrá su espacio en la Feria Internacional del Libro, que comienza el 22 de abril  y se extiende hasta el 12 de mayo en la Rural de Palermo, Buenos Aires. En esta edición, el día de San Juan será el 28 de abril, a las 16:30 en la sala Leopoldo Lugones. En el stand provincial se presentarán cerca de 387 títulos.

39.a Feria (2013): Libros como puentes.

Los puentes unen riberas, ciudades, países. Pueden ser un simple tablón echado sobre unas rocas o una construcción que pone en juego la ingeniería más sofisticada. Duran siglos o se deshacen con la primera lluvia, pero siempre sirven para transportar a las personas de un lado al otro. A lo largo de la historia, los libros han demostrado que también son puentes fabulosos: entre abuelos y nietos, entre personas con distintas formaciones, entre ciudadanos de países distantes, entre lectores de la Edad Media y lectores del presente.

38.a Feria (2012): Un futuro con libros.

Un futuro con libros no es cualquier futuro. No importa, a esta altura, si hablamos del libro de papel o del libro electrónico; ambos convivirán por mucho tiempo. Lo que resulta indiscutible, es que los libros poseen una formidable capacidad para enseñar y aprender, para abrirnos las puertas a los singulares disfrutes del saber y de la imaginación.
Por eso, la Feria Internacional del Libro es, desde siempre, su sostenida promotora. El lema de esta edición expresa un deseo y un compromiso, que, al dirigirse a los libros, incluye también a quienes le dan vida: los lectores.

37.ª Feria (2011): Una ciudad abierta al mundo de los libros.

La designación de Buenos Aires como Capital Mundial del Libro 2011 es el reconocimiento a la importancia que, desde los tiempos de la Colonia, tuvo el libro para sus habitantes. Es un homenaje a una vocación por el libro y la lectura, que hace de Buenos Aires un pujante faro literario con una vital industria editorial, siendo una de las ciudades que más librerías posee. No es casual que albergue a la mayor Feria del Libro en nuestro idioma, Buenos Aires es una ciudad abierta al mundo de los libros, pero también una ciudad abierta a los libros del mundo.

36.ª Feria (2010): Festejar con libros 200 años de historias.

La Feria del Libro del segundo centenario, en estos 200 años los libros han cumplido un rol fundamental en la creación de nuestro país y apostamos a que lo seguirán cumpliendo en el futuro. “Feria” y “fiesta” son dos palabras que se asocian naturalmente, en el año 2010 festejamos con libros el comienzo de una historia que empezamos a escribir hace 2 siglos y cuya escritura llega al presente. En los pasillos y stands continúa el diálogo entre los distintos libros con sus lectores y con la riqueza que produce la libertad.

35.ª Feria (2009): Pensar con libros.

Es un modo de referirse al libro como al más eficaz y persistente, y todavía no superado, instrumento de reflexión y autoconocimiento que posee el ser humano. Al mismo tiempo, se menciona también, indirectamente, la necesidad de “enseñar” a pensar con libros como arma pedagógica, desde el Jardín de Infantes hasta la Universidad, en una época que ha cometido, en este campo, muchas omisiones y frivolidades. Por fin se habla, más específicamente, de los géneros contenidos en este lema, incluyendo entre otros, el ensayo filosófico y político, la crítica ideológica y social, y las necesarias reescrituras de la historia.

34.ª Feria (2008): El espacio del lector.

Los espacios lectores son espacios del imaginario, espacios simbólicos y la Feria es ese gran espacio y también ese pequeño espacio íntimo, propio, donde lectores y no lectores se encuentran con el libro, con el autor, con el diálogo entre el lector y el autor, con la lectura que se oye y se lleva en algunos casos como un secreto. En otros es o está como una construcción del propio ser (lector) y con ese asombro primero que incita el des-cubrimiento del placer de la lectura.
Las Ferias de libros son uno de los espacios donde la promoción de la lectura cumple un rol importante, provoca, difunde, encuentra y se vuelve un lugar diferente, producto de las muchas y diferentes prácticas lectoras que ofrece. Espacio en el que se hacen propicios los descubrimientos singulares, la libre elección y también se dispara la imaginación. Un lector no consume pasivamente el texto, se lo apropia, lo interpreta, modifica su sentido, desliza sus fantasías, sus deseos y sus angustias. El espacio del lector, es público y privado a la vez, donde se puede construir ciudadanía, democracia y en el que, a través de los libros y la lectura, se abre la libertad.

33.ª Feria (2007): Libros sin fronteras.

Este lema tiene una multiplicidad de significados, siempre en consonancia con el valor que tradicionalmente se le concede al libro.
Alude a la capacidad de circulación universal, de puente entre culturas, por encima de diversidades raciales, geográficas y políticas.
También está referido a la posibilidad de superar las barreras idiomáticas mediante el instrumento de la traducción. Y no es menos importante su alusión al dinamismo y a la presencia de la industria editorial en el mundo globalizado, como una de las principales expresiones de la actividad vinculada con el ámbito de la cultura.
Por último, marca el papel civilizador y pacificador del libro en una escena internacional marcada por las migraciones, las asimetrías sociales y las desconfianzas étnicas.

32.ª Feria (2006): Los libros hacen historia.

A partir de las elecciones de lectura de nuestra sociedad, la historia en sus diversas formas (académica, de divulgación, novelada, entre otras) se revela como prioritaria. Los libros en sí tienen y hacen historia. Es decir, reflejan un pasado y diseñan un porvenir. Esta dimensión de futuro, esta capacidad de generar imaginarios y conocimientos que nos hagan mejores en el tiempo que vendrá, es también el estímulo para las acciones que realiza la Fundación El Libro y que se ejemplifican en la Feria Internacional del Libro.

31.ª Feria (2005): Un escenario para los libros.

En el escenario de un teatro todo está puesto para dar mayor brillo a los actores. Las luces, la poca o mucha escenografía. Todo preparado para lograr que el espectador disfrute, se emocione, aprenda, sueñe, y quede envuelto en la magia de las palabras de un texto.
Esta Feria quiere ser el gran escenario en donde todas las luces y la atención estén puestas en los libros, los grandes actores y recreadores de la vida. Los libros, que nos permiten disfrutar, emocionarnos, aprender, soñar ... Los libros la herramienta fundamental para el desarrollo de la cultura y de la educación de los pueblos.

30.ª Feria (2004): 30 Ferias a libro abierto.

Creemos que resulta necesario y oportuno volver a remarcar la importancia de este encuentro, que en realidad nunca ha cesado. El lema elegido, 30 Ferias a libro abierto, se relaciona con tres décadas de historia, y si lo enfocáramos desde el punto de vista de libro abierto, se relaciona con libertad, con apertura mental.
Libro abierto es lo opuesto a la censura, a la limitación en la expresión de las ideas y de los ideales. Libro abierto se relaciona con la educación, con la transmisión de valores, con la creación intelectual. Libro abierto para el autor, que es el principio del camino, seguido del trabajo sucesivo y encadenado de editores, ilustradores, diseñadores, correctores, papeleros, impresores, encuadernadores, distribuidores y libreros en una operación coordinada que se repite una y otra vez como un ritual de creación.
Y al final del camino, está el lector, único y definitivo árbitro de todos nuestros desvelos.

29.ª Feria (2003): Los argentinos y los libros.

Los argentinos tenemos una larga amistad con los libros, firmemente arraigada en nuestra historia. Los hubo en la Revolución de Mayo, principalmente como mensajeros de los vientos de libertad y fraternidad que soplaban desde el Viejo Continente. Empezamos siendo lectores, pero enseguida nos convertimos en autores y pronto produjimos y editamos nuestros propios libros, señalando el camino en toda América Latina.
Es mucho lo que podríamos decir sobre los argentinos y los libros. Desde el proyecto sarmientino que incluía la alfabetización masiva y la educación básica obligatoria, que solamente pudo llevarse a cabo con una creciente producción de libros; de nuestros grandes escritores y también de los editores precursores; de la edición especializada, y la época dorada de los años 40 y 50 cuando nuestros libros se difundian por todo el mundo de habla hispana, formando a nuevos lectores, y entre ellos, algunos de los que más tarde serian los grandes escritores de hoy. Éramos la correa de la transmisión cosmopolita, los grandes traductores del resto de la literatura mundial al español para todos los que hablaban y leían nuestro idioma.
Los argentinos y los libros, presentes en esta nueva edición de nuestra Feria del Libro. Apostemos una vez más a este indestructible encuentro. Apostemos a nuestra Feria.

28.ª Feria (2002): Una ciudad de libros.

«Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros, hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua. En lo que a mi se refiere soy incapaz de imaginar un mundo sin libros.»
Jorge Luis Borges

27.ª Feria (2001): El placer de la lectura.

El tema convocante o lema, que se elige todos los años, es en esta oportunidad "El placer de la lectura", destacando el carácter de disfrute que debería ser connatural al acto de leer.
Como dice el francés Daniel Pennac en su libro Como una novela, que introduce ideas insoslayables para inducir a los niños a la lectura, "el verbo leer no soporta el imperativo, aversión que comparte con otros verbos, como el verbo amar y el verbo soñar". Este concepto justifica suficientemente la elección. En especial en tiempos como los actuales, cuando las obligaciones y las dificultades del diario vivir parecen compelernos a aplazar la lectura o a reemplazarla por actividades que parecen -sólo parecen- ser más lúdicas, divertidas o descomprometidas, es útil recordar que sólo con la introspección que requiere leer el hombre puede llegar a conocerse, reflexionar, aprender y disfrutar de las muchas vidas que contienen los libros.

26.ª Feria (2000): Los libros y el tiempo.

Pocas personas han sido testigos presenciales de dos cambios de siglo y nadie ha participado de dos cambios de milenios.
El transcurrir del tiempo es inexorable y los libros desde la remota antigüedad hasta nuestros días, han sido depositarios y transmisores de la relación del hombre con el tiempo, así sea en el constante registro de la historia como en la crónica de los hechos cotidianos.
Poetas, filósofos, científicos y escritores han abordado decididamente esta obsesión omnipresente en la vida del hombre enfrentando al curso del tiempo.

Desde el análisis relativista de Hawking, el manejo de la nostalgia en Proust, las especulaciones metafísicas de Borges, así como Priestley, Vinicius de Moraes y tantos más, han dejado su testimonio en las páginas de algún libro. Esta es la esencia del lema elegido y sellamos estas reflexiones con unas palabras puestas en la boca de Martín Fierro "el tiempo sólo es tardanza de lo que está por venir".

25.ª Feria (1999); 25 años con la gente y por la cultura.

Cuando se cumplen veinticinco años ininterrumpidos en una obra exitosa, corresponde celebrarlos con alegría. Y también corresponde reflexionar sobre la responsabilidad que significa seguir creciendo y mejorando. Con este lema queremos subrayar la tarea realizada en este cuarto de siglo, desde que la Feria dio sus primeros, incipientes pasos hasta hoy, cuando la vemos convertida en una realidad tangible. Hemos trabajado junto a la gente. Es decir, al lado de editores, escritores, libreros, hombres y mujeres que aman a los libros, trabajando por la cultura, por los valores del espíritu, de la creatividad, de la inteligencia, convencidos de que el desarrollo de un país debe, imperiosamente, correr por esos parámetros.

24.ª Feria (1998): El libro y los valores de la humanidad.

La Humanidad, siempre en tránsito, ha ido acumulando, a lo largo de siglos y transmutaciones, un depósito de referencias que pueden señalarse como ideales, reglas, modelos, según el caso. Su omisión, por el contrario, se evalúa como disvalor de la sociedad. No creemos desacertado sospechar que la reflexión sobre estos temas que tienen que ver con el más íntimo entramado de la sociedad y del destino del hombre, puede resultar oportuna en la próxima Feria del Libro. Porque el libro, desde siempre, ha acumulado con fervor las buscas, los vaivenes y los aciertos de los hombres.

23.ª Feria (1997): El libro en la vida cotidiana.

Como al filósofo, al libro, nada de lo humano le es ajeno, y en la letra impresa puede leerse sin esfuerzo la obstinada historia de la humanidad. Pero si en sus comienzos el libro fue privilegio de minorías, con el paso del tiempo y el afianzamiento de técnicas modernas, el libro ha ido cubriendo todas las expectativas de la gente. Ya no sólo es instrumento de conocimientos superiores, de inquietudes altamente intelectuales, de interrogantes trascendentales, sino que es, también, presencia al servicio de la vida cotidiana y de las necesidades más recónditas y, por que no, también triviales, de las personas. Por eso, en esta ocasión la Feria del Libro ha querido ocuparse del libro en su relación con la vida de todos los días. Que es como decir, con la totalidad de las preocupaciones de la persona humana. Además, los libros ayudan a imaginar, desde el plano pragmático al trascendente, por lo cual permiten el acceso a los diferentes espacios de la vida cotidiana.

22.ª Feria (1996): El libro y la nueva visión del hombre.

Sobre el umbral del fin de siglo y del milenio, asistimos a una verdadera revolución antropológica. Es un cambio de proyecciones insospechadas que está cambiando poco a poco la visión que el hombre tiene del universo y de sí mismo. El entorno humano se está expandiendo notoriamente, impulsado hacia fuera por los viajes interplanetarios y hacia adentro por el viaje infinitesimal al átomo. La explosión de la robótica y los ordenadores, los circuitos capaces de guardar millones de datos, las realidades virtuales que crean ilusiones en principio insuperables, constituyen un conjunto de fantasías realizadas que permiten al hombre imaginar un futuro sin fronteras.
Sin despreciar estos avances, los buenos textos siguen construyendo y alimentando silenciosamente las nuevas visiones que el hombre tiene del mundo y de su propio ser. En ese sentido, la presente edición de la Feria confirma y refuerza una vez más ese lugar de privilegio.

21.ª Feria (1995): El libro y el diálogo de las culturas.

¿Porqué "El libro y el diálogo de las culturas"? A lo largo de esta Feria celebraremos conferencias, seminarios, tribunas abiertas para profundizar en estos conceptos. Al amparo del libro nos acercaremos a distintas razas, religiones, creencias, tradiciones y apoyaremos la integración cultural como impulsora de la paz y la convivencia. Gravitarán en este empeño el conocimiento de los distintos grupos étnicos, la tolerancia en las sociedades multiculturales, el papel de la mujer; y de suma importancia: propondremos inculcar en los niños y los jóvenes el propósito de erradicar la violencia, promover la paz y cultivar la comprensión entre los extremos geográficos y culturales del planeta.

20.ª Feria (1994) 20.ª Feria del Libro: ‘Una Historia con Futuro’

Con la presente edición la Feria del Libro cumple nada menos que dos décadas de obstinada presencia en el panorama cultural argentino. Esta virtual mayoría de edad la sorprende en una etapa de plena madurez, y consolidando un proyecto audaz, que en sus inicios apenas podía ser vislumbrado.
En estas dos décadas, la Feria nunca se amuralló en una defensa meramente formal o unidireccional del libro y su entorno, sino que se mostró abierta a los nuevos fenómenos que se van produciendo aquí, allá y en todas partes, sin dejar por ello de resaltar el rol de la lectura y la circulación de los textos aún en los tiempos del diskette, el microfilme y la imagen potenciada al infinito.

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