Alguien dijo alguna vez que “la expoliación no sólo hace cambiar de destino la riqueza, sino que siempre destruye una parte de ella”. En el sur de Argentina, la riqueza que pretenden expoliar los capitales extranjeros son las minas de oro y plata, con la consecuente destrucción del hábitat de la región.
En la ciudad patagónica de Esquel, en la provincia de Chubut, a 1.404 kilómetros al sur de Buenos Aires, existe una mina de oro y plata que, en el futuro, quizá sea explotada a cielo abierto por una multinacional de Canadá. En tal caso, el oro será separado mediante cianuro y, la plata, con el uso de arsénico.
"El sistema minero que se aplicará en el Cordón Esquel destruirá la superficie del terreno, creando inmensos cráteres contaminados, pero también deformará caminos y paisajes. Las áreas de tierra que estarán encima de las perforaciones o en las inmediaciones han de colapsar", manifiesta un documento elaborado por la Red Nacional de Acción Ecologista (RENACE).
"La erosión del viento y las lluvias harán el resto: los sedimentos generalmente se contaminan y escurren en solución. La zona, típica de un ecosistema lluvioso, preocupa mucho más por el drenaje de ácidos que destruirán la vida acuática y dañarán de manera irreversible las reservas de agua", precisa el texto.
El sistema de explotación a cielo abierto consiste en la remoción de la capa superficial de tierra para crear un acceso a los extensos yacimientos de mineral. Los expertos de RENACE sostienen que, en Esquel, la remoción creará un gran agujero de 2,7 kilómetros de largo por 500 metros de ancho y 180 metros de profundidad.
Esa abertura se ubicará a seis kilómetros de la ciudad y sobre la cuenca de dos lagunas: Willimanco, de donde se aprovisiona de agua potable la ciudad de Esquel, y la laguna Esquel, a un kilómetro del aeropuerto local.
RENACE también explica que la minería a cielo abierto utiliza grandes cantidades de cianuro para recuperar el oro del resto del material removido.
En Esquel se utilizarán 6.000 kilogramos de cianuro de sodio diariamente, a lo que se sumarán 12 toneladas de ácido clorhídrico, igual cantidad de soda cáustica (Hidróxido de Sodio) y 1.400 kilogramos de litargirio, por mes. Ninguno de estos productos puede ser totalmente eliminado o aislado del medio ambiente.
Esta situación tiene como protagonistas al gobierno provincial, los intereses extranjeros y los vecinos esquelenses. Cuando se inició la disputa, la empresa interesada en la explotación minera era Meridian Gold, y hoy es Yamana Gold, también de origen canadiense.
"Quieren convertir la provincia en un depósito de minerales a extraer con el más bajo costo, con técnicas extractivas que son rechazadas en todo el mundo y vagas promesas de desarrollo y puestos de trabajo", manifiesta un reciente comunicado emitido por los Vecinos Autoconvocados por el No a la Mina.
Si bien la Ley provincial 5001 prohíbe la minería a cielo abierto y con cianuro, las mineras parecen ignorar este marco legal, en total connivencia con el gobierno local.
Todo empezó en 2003.
El 23 de marzo de 2003, la ciudadanía organizada en la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el NO A LA MINA (www.noalamina.org) llamó a votar por el SI o por el NO a la mina. El 81 por ciento se pronunció por el NO.
Las mujeres esquelences fueron, quizás, las pioneras en esta lucha, ya que los varones mayoritariamente creían en el mensaje engañoso de la minera, prometiendo desarrollo económico y trabajo.
Chuni Botto es una vecina de Esquel y una de las asambleístas. Cuenta a SEMlac que las mujeres comprendieron la importancia del agua en la vida y "que podemos vivir sin oro, pero no sin agua. En muchos casos, fue una esposa o una hija la que le llevó al hombre el mensaje del NO a la mina, o la que ayudó a externar ese concepto en la familia".
Desde aquella fecha, toda la ciudadanía de Esquel tuvo en claro que aquel rotundo NO era sólo el principio de una larga lucha, ya que las empresas continúan con la intención de realizar la explotación minera.
Chuni manifestó a SEMlac que "sólo la presión del pueblo lo impide, los gobernantes municipales, provinciales y nacionales los avalan y protegen pues, evidentemente, obtienen beneficios económicos".
"Cuando empezamos la lucha, el oro valía 300 dólares la onza troy y hoy ya está llegando al valor de 1.000 dólares. Ya no se pueden negar los efectos nocivos de la minería en el agua, la tierra y el aire y, por ende, en los seres vivos", abundó.
En 2003, los esquelences movilizados por el NO eran calificados de locos, fundamentalistas. Pero el tiempo les dio la razón. En la actualidad hay más de 80 comunidades de 15 provincias, organizadas en esta lucha en contra de la actividad minera en todas las regiones de Argentina.
"Nuestro objetivo -continua Chuni- sigue firme. Queremos fortalecer nuestra relación con las otras provincias a través de la Asamblea Comarcal Patagónica y con la Unión de Asambleas Ciudadanas Nacional (UAC).También con Chile, país con el que se realizan reuniones binacionales de lucha contra la minería".
Según los informes de la Asamblea, en caso de que Yamana Gold empiece con la explotación en la zona, se agravará la sequía de la meseta patagónica, lo cual acarrearía más pobreza en esa provincia.
"Además, se quedarían sin agua las zonas costeras ya que los permisos de exploración minera están ubicados en el nacimiento de las cuencas. Debemos cuidar el agua como elemento indispensable para el desarrollo de las economías sustentables y de la vida misma", comenta Chuni a SEMlac.
Las amenazas a la ciudadanía de Esquel no sólo provienen de la destrucción del medio ambiente, sino que algunos asambleístas han sufrido hostigamientos, desde amenazas telefónicas hasta con armas de fuego, atropellos de automóviles, seguimientos y presiones laborales.
En la actualidad, el gobernador Mario Das Neves pretende autorizar la explotación minera a cielo abierto en ciertos lugares, pero los pobladores vinculados a la lucha antiminera se han manifestado en contra "porque lo que no es bueno para Esquel, no es bueno para cualquier otro lugar de la provincia, ni del país".
En la ciudad patagónica de Esquel, en la provincia de Chubut, a 1.404 kilómetros al sur de Buenos Aires, existe una mina de oro y plata que, en el futuro, quizá sea explotada a cielo abierto por una multinacional de Canadá. En tal caso, el oro será separado mediante cianuro y, la plata, con el uso de arsénico.
"El sistema minero que se aplicará en el Cordón Esquel destruirá la superficie del terreno, creando inmensos cráteres contaminados, pero también deformará caminos y paisajes. Las áreas de tierra que estarán encima de las perforaciones o en las inmediaciones han de colapsar", manifiesta un documento elaborado por la Red Nacional de Acción Ecologista (RENACE).
"La erosión del viento y las lluvias harán el resto: los sedimentos generalmente se contaminan y escurren en solución. La zona, típica de un ecosistema lluvioso, preocupa mucho más por el drenaje de ácidos que destruirán la vida acuática y dañarán de manera irreversible las reservas de agua", precisa el texto.
El sistema de explotación a cielo abierto consiste en la remoción de la capa superficial de tierra para crear un acceso a los extensos yacimientos de mineral. Los expertos de RENACE sostienen que, en Esquel, la remoción creará un gran agujero de 2,7 kilómetros de largo por 500 metros de ancho y 180 metros de profundidad.
Esa abertura se ubicará a seis kilómetros de la ciudad y sobre la cuenca de dos lagunas: Willimanco, de donde se aprovisiona de agua potable la ciudad de Esquel, y la laguna Esquel, a un kilómetro del aeropuerto local.
RENACE también explica que la minería a cielo abierto utiliza grandes cantidades de cianuro para recuperar el oro del resto del material removido.
En Esquel se utilizarán 6.000 kilogramos de cianuro de sodio diariamente, a lo que se sumarán 12 toneladas de ácido clorhídrico, igual cantidad de soda cáustica (Hidróxido de Sodio) y 1.400 kilogramos de litargirio, por mes. Ninguno de estos productos puede ser totalmente eliminado o aislado del medio ambiente.
Esta situación tiene como protagonistas al gobierno provincial, los intereses extranjeros y los vecinos esquelenses. Cuando se inició la disputa, la empresa interesada en la explotación minera era Meridian Gold, y hoy es Yamana Gold, también de origen canadiense.
"Quieren convertir la provincia en un depósito de minerales a extraer con el más bajo costo, con técnicas extractivas que son rechazadas en todo el mundo y vagas promesas de desarrollo y puestos de trabajo", manifiesta un reciente comunicado emitido por los Vecinos Autoconvocados por el No a la Mina.
Si bien la Ley provincial 5001 prohíbe la minería a cielo abierto y con cianuro, las mineras parecen ignorar este marco legal, en total connivencia con el gobierno local.
Todo empezó en 2003.
El 23 de marzo de 2003, la ciudadanía organizada en la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el NO A LA MINA (www.noalamina.org) llamó a votar por el SI o por el NO a la mina. El 81 por ciento se pronunció por el NO.
Las mujeres esquelences fueron, quizás, las pioneras en esta lucha, ya que los varones mayoritariamente creían en el mensaje engañoso de la minera, prometiendo desarrollo económico y trabajo.
Chuni Botto es una vecina de Esquel y una de las asambleístas. Cuenta a SEMlac que las mujeres comprendieron la importancia del agua en la vida y "que podemos vivir sin oro, pero no sin agua. En muchos casos, fue una esposa o una hija la que le llevó al hombre el mensaje del NO a la mina, o la que ayudó a externar ese concepto en la familia".
Desde aquella fecha, toda la ciudadanía de Esquel tuvo en claro que aquel rotundo NO era sólo el principio de una larga lucha, ya que las empresas continúan con la intención de realizar la explotación minera.
Chuni manifestó a SEMlac que "sólo la presión del pueblo lo impide, los gobernantes municipales, provinciales y nacionales los avalan y protegen pues, evidentemente, obtienen beneficios económicos".
"Cuando empezamos la lucha, el oro valía 300 dólares la onza troy y hoy ya está llegando al valor de 1.000 dólares. Ya no se pueden negar los efectos nocivos de la minería en el agua, la tierra y el aire y, por ende, en los seres vivos", abundó.
En 2003, los esquelences movilizados por el NO eran calificados de locos, fundamentalistas. Pero el tiempo les dio la razón. En la actualidad hay más de 80 comunidades de 15 provincias, organizadas en esta lucha en contra de la actividad minera en todas las regiones de Argentina.
"Nuestro objetivo -continua Chuni- sigue firme. Queremos fortalecer nuestra relación con las otras provincias a través de la Asamblea Comarcal Patagónica y con la Unión de Asambleas Ciudadanas Nacional (UAC).También con Chile, país con el que se realizan reuniones binacionales de lucha contra la minería".
Según los informes de la Asamblea, en caso de que Yamana Gold empiece con la explotación en la zona, se agravará la sequía de la meseta patagónica, lo cual acarrearía más pobreza en esa provincia.
"Además, se quedarían sin agua las zonas costeras ya que los permisos de exploración minera están ubicados en el nacimiento de las cuencas. Debemos cuidar el agua como elemento indispensable para el desarrollo de las economías sustentables y de la vida misma", comenta Chuni a SEMlac.
Las amenazas a la ciudadanía de Esquel no sólo provienen de la destrucción del medio ambiente, sino que algunos asambleístas han sufrido hostigamientos, desde amenazas telefónicas hasta con armas de fuego, atropellos de automóviles, seguimientos y presiones laborales.
En la actualidad, el gobernador Mario Das Neves pretende autorizar la explotación minera a cielo abierto en ciertos lugares, pero los pobladores vinculados a la lucha antiminera se han manifestado en contra "porque lo que no es bueno para Esquel, no es bueno para cualquier otro lugar de la provincia, ni del país".
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