El domingo 11 de agosto será un día clave a nivel nacional ya que se realizarán las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) cuya finalidad es la de definir los candidatos presidenciales para las futuras elecciones presidenciales que se realizarán el 27 de octubre.
Y ya con la posibilidad de consultar el padrón electoral definitivo, surgen nuevas preguntas sobre qué se vota en las PASO.
A su vez, además de Presidente y Vicepresidente, también se votará Diputados Nacionales y Senadores Nacionales, aunque estos últimos sólo en Ciudad de Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego.
De las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias realizadas desde 2011 se pueden extraer algunas conclusiones que permiten anticipar el impacto que tendrá el resultado del 11 de agosto sobre las elecciones generales del 27 de octubre. Un primer dato es que en las primarias la participación es menor que en las generales; en 2015 la diferencia fue de 3.000.000 de votantes.
Otro rasgo relevante, es que en las generales se suele premiar a los ganadores y castigar a los perdedores de las primarias. El ejemplo de 2011 es claro al respecto: Cristina Kirchner subió casi 6 puntos entre ambas instancias mientras que el caudal de Eduardo Duhalde se redujo a la mitad.
En las legislativas de 2013, Sergio Massa desafió a Cristina y obtuvo 36,7% en las PASO imponiéndose a la lista que encabezaba Martín Insaurralde. La decidida actitud de Massa, y el resultado obtenido, lo convirtieron en la figura del momento – porque nada le da más prestigio a un político que ganar elecciones – y en las generales alcanzó el 44% de los votos con una diferencia de 12 puntos sobre el kirchnerismo.
En 2015, Daniel Scioli ganó las primarias con el 38% de los votos contra el 30% que sumaron los tres precandidatos de Cambiemos. Sin embargo, pese su triunfo, la lectura política fue que Scioli no iba a poder cumplir con su objetivo de ganar en primera vuelta mientras que Macri podría lograr el suyo que era forzar un balotaje. Por eso, en la primera vuelta, la diferencia fue de sólo 37% a 34%, que junto al triunfo de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, selló la suerte de Scioli.
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En la elección de senadores de la provincia de Buenos Aires en 2017 ocurrió algo similar, porque si bien Cristina se impuso en las primarias, lo hizo por un porcentaje mínimo, muy inferior al que se esperaba, y en las elecciones generales el resultado se revirtió porque la mayoría de los nuevos votantes se inclinó por Cambiemos.
Estadísticas generales.
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