El río Correntoso, el lago Nahuel Huapi y el hotel Correntoso en la actualidad
Luego del casamiento, Primo Capraro rápidamente se hacia conocido en la zona por sus habilidades como constructor y emprendedor. Mientras tanto su joven esposa Rosa quedaba embarazada.
Por miedo a posibles complicaciones en el parto dado que allí no contaban con buenos servicios médicos, deciden, no sin pesar, que ella vuelva a Alemania para tener a su hijo. El 9 de setiembre de 1908 nace Francisco, primer hijo de la pareja.
Fueron tantos meses de espera que a la vuelta de Rosa y su pequeño hijo deciden y se juran que nunca más se separarán tanto tiempo.
Debido a su fama creciente, Capraro obtiene constantes negocios en el pujante pueblo de San Carlos , esto le resta tiempo para dedicarle a su lote en el Correntoso, sin embargo, no estaba dispuesto a desprenderse del mismo dado que estaba convencido del gran futuro de la zona. Se decide entonces por convocar a amigos de Italia para asociarse y trabajar con él en el desarrollo de sus propiedades y negocios.
En diciembre de 1911 nace en San Carlos el segundo hijo de la pareja, una niña que recibe el nombre de Matilde y tres años más tarde una segunda hija a la que le ponen el nombre de Luisa llega al hogar para agrandar la familia.
La pensión de Doña Rosa en 1917
Por fin, en 1915, Capraro construye en el paraje Correntoso una pequeña pensión u hostería que comienza a ser atendida por su querida esposa Rosa. Pero recién en 1917 comienza a funcionar de manera regular. Se la conoció como "la pensión de doña Rosa".
La construcción contaba con tres habitaciones y un baño y si bien no mostraba ningún cartel indicador que anunciase los servicios que se prestaban, era visitada por todos aquellos que frecuentaban el paso a Chile (actualmente denominado Cardenal Samoré en homenaje al enviado del papa que en 1993 lideró las negociaciones para evitar un conflicto bélico entre ambos paises por el diferendo del Canal Beagle ). En ese entonces los viajeros se alojaban para recuperar fuerzas luego de tan difícil trayecto.
En 1920 y viendo lo bien que funcionaba la pensión, Capraro decide hacer una remodelación y ampliación del hasta entonces modesto hospedaje. Luego de más de dos años de trabajo, finalmente estuvo terminado el ahora denominado "Hotel Correntoso". Totalmente construido en madera de ciprés, contaba con cinco habitaciones, dos baños y un amplio comedor y sala de estar con capacidad para treinta personas.
El hotel estaba emplazado a orillas del río Correntoso y su desembocadura en el lago Nahuel Huapi. Una vista maravillosa.
Capraro, que para entonces se había convertido en un exitoso y hábil empresario, aprovecha la noticia del avistaje de un monstruo acuático en el lago al que ponen por nombre "Nahuelito", al mejor estilo de Nessie, y construye una carreta alusiva que desfila por la ciudad y que tiene gran repercusión en Buenos Aires. Ver en este mismo blog la historia de Nahuelito. Link
El hotel Correntoso en 1924 a la izquierda Rosa y Primo Capraro
En febrero de 1924 llega el primer contingente de turistas al Correntoso. Para tener una idea exacta del esfuerzo que en esos tiempos se debían realizar para llegar desde Buenos Aires, diremos que eran necesarios siete trasbordos de ferrocarril más un viaje en balsa y otro en carreta.
La historia comienza a tomar forma.
Fuentes:
Apuntes del Correntoso - Yayo de Mendieta - Edición personal - 2003
Capraro el emperador de Bariloche - Roy Centeno - Editorial Kaimé - 1993
El gran libro de la Patagonia Argentina - Editorial Planeta - 1997
Fotos: propias y del libro Apuntes del Correntoso
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