Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2010

Argentina pierde sus glaciares a una velocidad inusitada.

Retrocedieron más de 35 metros, en promedio, en los últimos diez años. Los expertos pronostican la crecida de los mares. Y posibles inundaciones en zonas de Rosario, La Plata y en Puerto Madero. Somos vulnerables. A pesar de ser uno de los países que produce menor cantidad de los gases contaminantes que provocan el efecto invernadero (América Latina apenas contamina el 13% del total en el planeta), Argentina está padeciendo algunos de los efectos más graves del cambio climático. Inundaciones, sequías, erosión de los suelos, deforestación y ahora sabemos que nuestros glaciares, fuente de agua y energía imprescindibles para el país, se están derritiendo a mayor velocidad que cualesquiera otros en el mundo. La cumbre de cambio climático de Cancún sirvió para ilustrar muy claramente todas esas desventajas y observar que el país sigue sin tomar un liderazgo mundial que lo convierta en un buen ejemplo a seguir por el resto de la región. Como dijo un delegado danés con gran conocimiento de La

Museo de la Patagonia "Francisco P. Moreno".

Inaugurado por la Administración de Parques Nacionales el 17 de marzo de 1940. El edificio ocupa el ala Este del Centro Cívico de San Carlos de Bariloche, complejo edilicio declarado Monumento Histórico Nacional por Resolución Nro. 1250/87, Decreto P. E. N. Nro. 325/89. El Centro Cívico posee características arquitectónicas particulares, signadas por un estilo que se apropia del de las regiones montañosas y boscosas de Europa y Estados Unidos. Desde su comienzo el destino de la edificación fue el de concentrar la actividad cívica y social de la ciudad que se iniciaba: Municipio, Correo, Turismo, Policía Provincial, Aduana, Biblioteca, Teatro, Museo Regional y Juzgado de Paz. El primer director del Museo fue Enrique Amadeo Artayeta, a quien la Administración de Parques Nacionales le adquirió la primer colección antropológica que se exhibió. Hoy el Museo reúne una extensa colección etnográfica e histórica que ha ido creciendo con el transcurso del tiempo gracias a la donaciones, legados

La Rioja, una provincia con bellezas inexploradas y vestigios del pasado lejano.

Indescriptible paisaje tendido a lo largo de 12 Kilómetros de curvas y contracurvas, desfiladeros y quebradas, la Cuesta de Miranda constituye un fascinante camino de cornisa paralelo a la Precordillera de los Andes, y ornamentado, además, por una atractiva mixtura de rojos, ocres, azules y verdes. Su punto máximo de ascenso es conocido como El Bordo Atravesado, y desde allí el excursionista podrá disfrutar de una impactante panorámica de la Sierra de Los Tarjados o Talampaya -hacia el sur-, parte de la Precordillera -al oeste-, y la Sierra del Famatina. Mientras que, en el descenso hacia la pintoresca ciudad de Villa Unión, el turista quedará absorto ante la singular faceta de la Cuesta de Miranda denominada El Abanico, la cual aparece como una curiosidad del relieve, producto de la constante erosión natural a la que se halla sometida la zona. Se ubica a 35Km. al oeste de la ciudad de Chilecito sobre Ruta Nacional Nº 40. Cuesta de Miranda, al rojo vivo . Una fresca mañana

El vino en Argentina: rojo pasión, sentimientos transparentes.

La región vitivinícola en Argentina se desarrolla entre los 22° y 42° de latitud sur. Se extiende al pie de la cordillera de los Andes a lo largo de más de 2.400 Km., desde la provincia de Salta hasta la provincia de Río Negro, con una diversidad de climas y suelos que hacen de cada región un terruño único. En términos generales, las zonas dedicadas al cultivo de la vid son secas y áridas con un bajo nivel de lluvias y humedad, factor determinante para la sanidad de las uvas. Los abundantes días de sol y la gran amplitud térmica favorecen una buena maduración y concentración de aromas y color en los granos. Los suelos son profundos, permeables y pobres en materia orgánica, cualidades decisivas a la hora de obtener un buen vino. Debido al bajo régimen de lluvias, el riego se hace necesario. El agua proviene del deshielo de la cordillera de los Andes, que desciende en forma de ríos para convertirse en canales o acequias. Sin lugar a dudas, la combinación de estos factores hace de la Arge

La península Valdés, una colección de ecosistemas que maravillan a turistas e investigadores científicos.

La península Valdés es un accidente costero sobre el Mar Argentino, provincia del Chubut, y es parte de los 7 Patrimonios de la Humanidad declarado por la UNESCO en Argentina. Presenta una porción de tierra de contorno casi triangular unida al continente por el istmo Carlos Ameghino. Con un área de 3.625 km² y ubicada inmediatamente al sur del gran Golfo San Matías, esta curiosa península presenta dos amplias escotaduras originadas en hundimientos tectónicos: al norte el Golfo San José y, al sur, el Golfo Nuevo y al este una menor, alargada, la Caleta Valdés separada del Mar Argentino por una estrecha y prolongada restinga. Las mayores altitudes se encuentran en la parte oriental del Istmo Carlos Ameghino, con cumbre en el Cerro Piaggio, con 110 msnm; la segunda principal elevación es el cerro Morro, de 109 msnm justo en el extremo sur de esta península. La costa suroeste es elevada, con importantes acantilados coronados por "cerros" que rondan los 100 msnm. Por contrapartida

El fútbol es sinónimo de los argentinos.

El fútbol es sinónimo de los argentinos. En las calles, los bares o sus lugares de trabajo, se respira la pasión que despierta este maravilloso deporte, que llegó al país hacia 1840 en los barcos ingleses. Muchos de aquellos inmigrantes se instalaron en estas tierras y fundaron colonias y colegios, donde se difundía la importancia de la educación física. Es justamente por ello que el profesor escocés Alejandro Watson Hutton es considerado el padre del fútbol argentino, por el gran impulso que dio a este deporte. En el año 1893, Hutton fundó la Argentine Association Football League que, posteriormente, se unió a la Asociación Amateurs para conformar la Asociación Amateurs Argentina de Football. En ese mismo año, los jugadores criollos comenzaron a participar en los equipos que, hasta ese momento, sólo permitían futbolistas ingleses. Pero era tal la popularidad de este nuevo deporte porteño, que ya se lo jugaba en las calles y en los patios de los conventillos del barrio