La península Valdés, una colección de ecosistemas que maravillan a turistas e investigadores científicos.
La península Valdés es un accidente costero sobre el Mar Argentino, provincia del Chubut, y es parte de los 7 Patrimonios de la Humanidad declarado por la UNESCO en Argentina. Presenta una porción de tierra de contorno casi triangular unida al continente por el istmo Carlos Ameghino.
Con un área de 3.625 km² y ubicada inmediatamente al sur del gran Golfo San Matías, esta curiosa península presenta dos amplias escotaduras originadas en hundimientos tectónicos: al norte el Golfo San José y, al sur, el Golfo Nuevo y al este una menor, alargada, la Caleta Valdés separada del Mar Argentino por una estrecha y prolongada restinga.
Las mayores altitudes se encuentran en la parte oriental del Istmo Carlos Ameghino, con cumbre en el Cerro Piaggio, con 110 msnm; la segunda principal elevación es el cerro Morro, de 109 msnm justo en el extremo sur de esta península. La costa suroeste es elevada, con importantes acantilados coronados por "cerros" que rondan los 100 msnm.
Por contrapartida, la mayor parte del interior de la península posee depresiones de hasta 41 metros bajo el nivel del mar (Bajo del Gualicho – que no debe confundirse con su casi homónimo de la provincia de Río Negro –) y Bajo Valdés; otras depresiones menores dan lugar a salares como las Salinas Grandes (que no deben confundirse con las otras Salinas Grandes que existen también en Argentina: estas salinas de la península sólo son grandes en relación a la península), la salina Chica (casi inmediatamente al oeste de las Salinas Grandes) y El Salitral ubicado en el centro noroeste de la península.
La península tiene una peculiar situación climática, pues está a la pluvisombra de la cordillera de los Andes, y además recibe los beneficios de su cercanía con el mar, aumentados por su forma de hongo que incrementa su línea costera. El panorama parece estéril a primera vista pues es llano y con vegetación predominantemente arbustiva y espinosa. Sin embargo, la península atrae cantidades descomunales de especies animales, y resulta una colección de ecosistemas que maravillan a turistas e investigadores científicos.
En las costas la fauna marina es abundante y variada, incluyéndose ballenas francas, que llegan a sus costas a aparearse, y todo tipo de delfines, como toninas overas, orcas y delfines mulares.
En la línea costera y sus inmediaciones inmediatas que pueden encontrarse en gran cantidades: las orcas, las toninas, los elefantes marinos, lobos marinos con sus harenes y pingüinos de Magallanes.
Entre las aves, aparte de los pingüinos, se destacan las gaviotas (en especial la especie Larus dominicanus), caracaras, caranchos, chimangos, cormoranes y barnaclas.
Con un área de 3.625 km² y ubicada inmediatamente al sur del gran Golfo San Matías, esta curiosa península presenta dos amplias escotaduras originadas en hundimientos tectónicos: al norte el Golfo San José y, al sur, el Golfo Nuevo y al este una menor, alargada, la Caleta Valdés separada del Mar Argentino por una estrecha y prolongada restinga.
Las mayores altitudes se encuentran en la parte oriental del Istmo Carlos Ameghino, con cumbre en el Cerro Piaggio, con 110 msnm; la segunda principal elevación es el cerro Morro, de 109 msnm justo en el extremo sur de esta península. La costa suroeste es elevada, con importantes acantilados coronados por "cerros" que rondan los 100 msnm.
Por contrapartida, la mayor parte del interior de la península posee depresiones de hasta 41 metros bajo el nivel del mar (Bajo del Gualicho – que no debe confundirse con su casi homónimo de la provincia de Río Negro –) y Bajo Valdés; otras depresiones menores dan lugar a salares como las Salinas Grandes (que no deben confundirse con las otras Salinas Grandes que existen también en Argentina: estas salinas de la península sólo son grandes en relación a la península), la salina Chica (casi inmediatamente al oeste de las Salinas Grandes) y El Salitral ubicado en el centro noroeste de la península.
La península tiene una peculiar situación climática, pues está a la pluvisombra de la cordillera de los Andes, y además recibe los beneficios de su cercanía con el mar, aumentados por su forma de hongo que incrementa su línea costera. El panorama parece estéril a primera vista pues es llano y con vegetación predominantemente arbustiva y espinosa. Sin embargo, la península atrae cantidades descomunales de especies animales, y resulta una colección de ecosistemas que maravillan a turistas e investigadores científicos.
En las costas la fauna marina es abundante y variada, incluyéndose ballenas francas, que llegan a sus costas a aparearse, y todo tipo de delfines, como toninas overas, orcas y delfines mulares.
En la línea costera y sus inmediaciones inmediatas que pueden encontrarse en gran cantidades: las orcas, las toninas, los elefantes marinos, lobos marinos con sus harenes y pingüinos de Magallanes.
Entre las aves, aparte de los pingüinos, se destacan las gaviotas (en especial la especie Larus dominicanus), caracaras, caranchos, chimangos, cormoranes y barnaclas.
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