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Agua y arroz, el Guayaibí y el Ayuí conforman importantes ecosistemas.

El Guayaibí y el Ayuí conforman importantes ecosistemas. Mientras uno es escenario de una ejemplar actividad sustentable, el otro corre peligro. La construcción de un dique podría afectar irreversiblemente 30 mil hectáreas con vocación ganadera y de conservación de la biodiversidad. En sus nacientes, en sus puntas, guiado por cuchillas, el arroyo Guayaibí no corre. La lluvia se acumula en largos espejos de agua con fondo de piedras y extensos camalotales. De repente, en ocasiones, una lluvia torrencial los une y el arroyo, desbordado, se convierte en una enorme y potente cinta plateada. En las últimas cuatro décadas he visto el lento y paciente avance del monte en sus orillas. Me maravilla hasta hoy acercarme al carpinchal, ver cómo al atardecer estos animales suben la loma alejándose del agua, su refugio natural. Llevo hundido en el cuerpo el grito que el carpincho pega justo antes de zambullirse, alertado por el peligro de la presencia humana. No hablo de una reserva ni

Respetado, admirado, temido, el Pombero es parte fundamental de la cultura popular de Corrientes.

Respetado, admirado, temido, el Pombero es parte fundamental de la cultura popular de Corrientes y de todo el mundo guaranítico. Vengador con quienes no le cumplen las promesas y compañero fiel de sus amigos, carga con la responsabilidad paterna de todos los hijos extramatrimoniales. Ningún habitante o visitante de los 88.199 kilómetros cuadrados de la provincia de Corrientes desconoce la existencia del Pombero, un duende que nació junto con los guaraníes y que, con algunos cambios en su descripción, sigue acompañando a los correntinos de hoy. Algunos lo llaman Mascadita (por su afición a mascar tabaco), otros le dicen Pomberito, Cuarahí Yara (Dueño del Sol, en guaraní), y también Pyragüé (pies con pelos). El mito del Pombero es el más popular de la provincia. En otros tiempos se lo representaba como un hombre alto y flaco, amigo de los pájaros e imitador del canto de cada uno de ellos, así como del piar de los pollitos. Hoy se dice que es bajo, robusto, con pelos hasta en las

El jardín de los recuerdos.

María Concepción Fernández Lacour de Piragine se ha convertido en patrimonio de la memoria correntina. Esta distinguida señora acaba de cumplir 102 años, y relata momentos y anécdotas que pintan su tierra. "Yo no sé por qué vienen", se pregunta en un intento por entender la avalancha de entrevistas que le han hecho en los últimos tiempos. "Yo no soy una estrella", protesta suavemente, mientras nos acompaña hasta el living de la casa. Esta mujer, que fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Corrientes , que recorrió la provincia en berlina -un antiguo coche señorial tirado por caballos- cuando aún las carreteras eran de tierra, que viajó en avión entre impávida y sorprendida rumbo a países como Grecia, Francia, Italia y Estados Unidos, hace gala de una prodigiosa memoria. Se llama María Concepción Fernández Lacour de Piragine y acaba de cumplir 102 años. Nacida el 14 de septiembre de 1903, María Concepción desciende de una familia tradicional co

Brillos de la naturaleza, los esteros en el corazón de la provincia de Corrientes.

Declarada Reserva Natural Provincial, alberga una variedad única de animales y plantas en una superficie de 13 mil kilómetros cuadrados. Relato de una visita a los esteros, en el corazón de la provincia de Corrientes.   El sol brilla con intensidad y el viento agita la superficie del agua. Son las 3.05 de la tarde y un yacaré overo, de casi dos metros de largo, reposa sobre unos camalotes. La escasa distancia que nos separa del animal alcanzaría para tocarlo con la mano, pero la prudencia indica lo contrario. Nuestro guía nos invita a hacer pie sobre una de las islas flotantes que se ven en las proximidades. Avanzamos con precaución y encontramos una familia de carpinchos que nos observa sin demasiado interés, a no más de diez metros de distancia. Están acostumbrados a la presencia del hombre, como muchos de los animales que habitan esta zona. Los esteros del Iberá -cuyo significado en lengua guaraní es agua brillante- ocupan una extensión cercana a los 13 mil kilómetros cuadra

El chamamé, ritmo de las orillas.

El ritmo de las orillas. Nació del talento guaraní, la pasión de los jesuitas por el arte, la influencia de la inmigración europea y la fuerte inspiración del río. Antonio Tarragó Ros y Teresa Parodi son dos de los principales compositores de la actualidad, embajadores de esta música que trascendió todas las fronteras. "Che ama mi"; "che amoa memé"; "che amapé". Con expresiones que derivan del guaraní, algunos historiadores han intentado definir los vocablos que dan origen a la palabra chamamé. Pero no hay dudas de que esta música nace de una relación del indígena con las misiones jesuitas, y de un río que sirvió de inspiración para crear un ritmo muy particular. El periodista correntino Emilio Noya menciona que "las primeras reducciones de la Compañía de Jesús, establecidas en las zonas guaraníticas, como Corrientes hacia el año 1609, advierten sorprendidas que los aborígenes poseían música propia y, además, fabricaban instrumentos rud

Una cuestión de fe, la peregrinación multitudinaria a la Virgen de Itatí.

Una cuestión de fe. La peregrinación multitudinaria a la Virgen de Itatí, la adoración y las ofrendas a diferentes cultos paganos, como el del Gauchito Gil o el de San La Muerte, atestiguan la profunda espiritualidad y la fuerte devoción religiosa de los correntinos. "Yo andaba enferma, de lo pior, y le hablo y le digo: 'Si usted no me sana o no ando bien de salud, no va a tener más sirvienta', porque yo soy sirvienta nomás de él, que le limpia y nada más", cuenta Flora Soler, de 78 años, cuando entra un poco en confianza y se atreve a desnudar algo de su poderosa fe. La misma que refleja su mirada cuando se posa sobre las repisas que sostienen los santuarios personales en el comedor de su humilde casa. Sobre uno de los muebles descansan los santos de la Iglesia Católica; sobre el otro, los que representan diferentes creencias paganas. Allí, entre infinidad de imágenes y estampitas, emerge inconfundible la figura de San La Muerte, una calavera con una guadaña e

La capital correntina se pone en movimiento durante la fiesta del Rey Momo.

El reino de la pasión. La capital correntina se pone en movimiento durante la fiesta del Rey Momo, cuando miles de comparseros bailan en trajes de plumas, brillos y lentejuelas. Los preparativos duran todo el año, con inagotables horas de trabajo y fuertes rivalidades entre las principales comparsas, Ará Berá y Sapucay. Cuando las luces del corsódromo Nolo Alías se enciendan y la voz del locutor anuncie por los altoparlantes el ingreso de la comparsa Ará Berá, Valeria Inés Morilla olvidará todos los temores y, enfundada en su traje de luces, saldrá a la pista poniendo toda la pasión que una comparsera puede llevar en la sangre. Avanzará llena de orgullo, como si formara parte de una legión victoriosa y, junto con ella, los cuatrocientos integrantes de la comparsa del rayo (símbolo que los identifica) se convertirán en una marea multicolor que inundará la pista. Las mujeres, vistiendo minúsculos trajes de plumas, strass, piedras y lentejuelas, desplegarán su histrionismo con