Quien sale a recorrer la comarca en los meses de marzo/abril, no puede dejar de observar la gran cantidad de Rosa Mosqueta, que la naturaleza pone a nuestra disposición.
Sobre la Rosa Mosqueta.
La rosa mosqueta o mosqueta es un arbusto silvestre de la familia de las rosáceas.
En la Argentina tienen una historia muy reciente, por haber sido introducido en la zona de los lagos del Parque Nahuel Huapi, alrededor del año 1910.
Sus frutos han tenido una rápida aplicación en las dulcerías familiares, especialmente en la zona de Bariloche, y El Bolsón, entre otras, etc.
Pero no se utiliza solo culinariamente... El aceite extraído de sus semillas se aprovecha en cosmética, poseyendo importantes propiedades.
Descripción.
La rosa mosqueta es un arbusto que puede sobrepasar los 2mtrs. de altura; sus tallos son flexibles y curvos, cubiertos de espinas de color violáceo. Las hojas son caducas, pinnadas, de bordes serrados y lustrosas. Las flores muestran cinco pétalos de color rosado y olor almizclado, en panojas espesas y terminales; los estambres son de un vivo color amarillo. La floración se produce una sola vez por temporada. Su fruto es un cinorrodon de forma ovoide, y color rojo o naranja con restos de sépalos espinosos en su extremo.
Aceite de Rosa Mosqueta.
El aceite de rosa mosqueta se extrae del fruto de esta especie de rosa. Su contenido en ácidos grasos esenciales (AGE) insaturados es muy elevado con un 80%, de los cuales: 41% ac. Linoleico, 39% ac. linolenico, y 16% ac. oléico. Los AGE son nutrientes muy importantes en muchos procesos fisiológicos y bioquímicos del cuerpo humano, relacionados con la regeneración de los tejidos y el crecimiento celular.
Tienen además una función estructural, formando parte de los fosfolípidos de las membranas celulares de los tejidos del organismo, y son los precursores de las prostaglandinas y leucotrienos, apartir de la síntesis del ac. Araquidónico.
La rosa mosqueta se cultiva tradicionalmente como ornamental; es resistente, y tolera niveles de alcalinidad elevados en comparación con otras especies similares. No requiere suelo fértil ni buen drenaje, y es tolerante a la sequía y a numerosas enfermedades.
Por su vigor, se la emplea a veces como radical para injertar otras especies. En las zonas de Argentina y Chile donde se ha naturalizado prospera tanto que algunos agricultores la consideran una maleza, pues ocupa terrenos aptos para el pastoreo. Sin embargo, la venta de sus frutos y flores o de sus subproductos también significa una fuente de ingresos para muchas familias.
Los frutos de la rosa mosqueta se emplean en gastronomía; se preparan en conserva o mermeladas y se emplean en infusiones. Son ligeramente astringentes y ácidos, y contienen carotenoides, flavonoides y un aceite esencial fragante.
Estudios realizados indican que este aceite contiene unos niveles elevados de ácidos grasos esenciales poliinsaturados, linoleico y linolenico, los cuales son en parte responsables de la beneficiosa acción del aceite de rosa mosqueta en la regeneración de la piel. La envoltura carnosa de sus semillas contiene un alto contenido de Vitamina C.
El aceite se emplea en cosméticos, aduciendo que:
. regenera y nutre la piel eliminando arrugas no muy profundas y reduce cicatrices de cualquier etiología;
. redistribuye la pigmentación, lo que posibilita la eliminación de manchas;
. realiza acciones preventivas y correctivas del fotoenvejecimiento y de los problemas cutáneos debidos a sobre exposición a las radiaciones solares, mediante la autogeneración de melanina;
. además de sus efectos en las capas externas de la piel, también revitaliza las células de las capas interiores, revigorizando el fibroblasto, (células que producen colágeno y elastina, responsables de la firmeza y elasticidad de la piel).
Te de Rosa Mosqueta.
La Rosa Mosqueta se vende tanto en hebras como en saquitos para preparar el té.
Este té es rico en vitamina C, pues se encuentra en abundancia en la planta, lo cual lo hace apto para los fumadores (quienes pierden más vitamina C que los no fumadores). También da excelentes resultados en casos de gripe, resfríos o enfermedades depresivas.
Ayuda a mantener el sistema inmunológico estable y contribuye al mejoramiento del ánimo. También puede utilizarse para lavar la piel tanto del rostro como del cuerpo, para ello prepare té en abundancia y guárdelo en botellas de vidrio por no más de siete días.
Otra forma de usar el té de mosqueta es en combinación con el Kombucha, de esta fermentación obtendrá un té enriquecido por la acción fermentadora del Kombucha y tendrá un gran aliado en el cuidado de su salud.
Dulce de Rosa Mosqueta.
Ingredientes:
. 500 gramos de escaramujo de rosa,
. 2 litros de agua,
. cantidad de miel igual a la pulpa tamizada, (o azúcar),
. 1 cucharadita de agar-agar,
. gotas de vainilla natural.
Preparación:
Sobre la Rosa Mosqueta.
La rosa mosqueta o mosqueta es un arbusto silvestre de la familia de las rosáceas.
En la Argentina tienen una historia muy reciente, por haber sido introducido en la zona de los lagos del Parque Nahuel Huapi, alrededor del año 1910.
Sus frutos han tenido una rápida aplicación en las dulcerías familiares, especialmente en la zona de Bariloche, y El Bolsón, entre otras, etc.
Pero no se utiliza solo culinariamente... El aceite extraído de sus semillas se aprovecha en cosmética, poseyendo importantes propiedades.
Descripción.
La rosa mosqueta es un arbusto que puede sobrepasar los 2mtrs. de altura; sus tallos son flexibles y curvos, cubiertos de espinas de color violáceo. Las hojas son caducas, pinnadas, de bordes serrados y lustrosas. Las flores muestran cinco pétalos de color rosado y olor almizclado, en panojas espesas y terminales; los estambres son de un vivo color amarillo. La floración se produce una sola vez por temporada. Su fruto es un cinorrodon de forma ovoide, y color rojo o naranja con restos de sépalos espinosos en su extremo.
Aceite de Rosa Mosqueta.
El aceite de rosa mosqueta se extrae del fruto de esta especie de rosa. Su contenido en ácidos grasos esenciales (AGE) insaturados es muy elevado con un 80%, de los cuales: 41% ac. Linoleico, 39% ac. linolenico, y 16% ac. oléico. Los AGE son nutrientes muy importantes en muchos procesos fisiológicos y bioquímicos del cuerpo humano, relacionados con la regeneración de los tejidos y el crecimiento celular.
Tienen además una función estructural, formando parte de los fosfolípidos de las membranas celulares de los tejidos del organismo, y son los precursores de las prostaglandinas y leucotrienos, apartir de la síntesis del ac. Araquidónico.
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La rosa mosqueta se cultiva tradicionalmente como ornamental; es resistente, y tolera niveles de alcalinidad elevados en comparación con otras especies similares. No requiere suelo fértil ni buen drenaje, y es tolerante a la sequía y a numerosas enfermedades.
Por su vigor, se la emplea a veces como radical para injertar otras especies. En las zonas de Argentina y Chile donde se ha naturalizado prospera tanto que algunos agricultores la consideran una maleza, pues ocupa terrenos aptos para el pastoreo. Sin embargo, la venta de sus frutos y flores o de sus subproductos también significa una fuente de ingresos para muchas familias.
Los frutos de la rosa mosqueta se emplean en gastronomía; se preparan en conserva o mermeladas y se emplean en infusiones. Son ligeramente astringentes y ácidos, y contienen carotenoides, flavonoides y un aceite esencial fragante.
Estudios realizados indican que este aceite contiene unos niveles elevados de ácidos grasos esenciales poliinsaturados, linoleico y linolenico, los cuales son en parte responsables de la beneficiosa acción del aceite de rosa mosqueta en la regeneración de la piel. La envoltura carnosa de sus semillas contiene un alto contenido de Vitamina C.
El aceite se emplea en cosméticos, aduciendo que:
. regenera y nutre la piel eliminando arrugas no muy profundas y reduce cicatrices de cualquier etiología;
. redistribuye la pigmentación, lo que posibilita la eliminación de manchas;
. realiza acciones preventivas y correctivas del fotoenvejecimiento y de los problemas cutáneos debidos a sobre exposición a las radiaciones solares, mediante la autogeneración de melanina;
. además de sus efectos en las capas externas de la piel, también revitaliza las células de las capas interiores, revigorizando el fibroblasto, (células que producen colágeno y elastina, responsables de la firmeza y elasticidad de la piel).
Te de Rosa Mosqueta.
La Rosa Mosqueta se vende tanto en hebras como en saquitos para preparar el té.
Este té es rico en vitamina C, pues se encuentra en abundancia en la planta, lo cual lo hace apto para los fumadores (quienes pierden más vitamina C que los no fumadores). También da excelentes resultados en casos de gripe, resfríos o enfermedades depresivas.
Ayuda a mantener el sistema inmunológico estable y contribuye al mejoramiento del ánimo. También puede utilizarse para lavar la piel tanto del rostro como del cuerpo, para ello prepare té en abundancia y guárdelo en botellas de vidrio por no más de siete días.
Otra forma de usar el té de mosqueta es en combinación con el Kombucha, de esta fermentación obtendrá un té enriquecido por la acción fermentadora del Kombucha y tendrá un gran aliado en el cuidado de su salud.
Dulce de Rosa Mosqueta.
Ingredientes:
. 500 gramos de escaramujo de rosa,
. 2 litros de agua,
. cantidad de miel igual a la pulpa tamizada, (o azúcar),
. 1 cucharadita de agar-agar,
. gotas de vainilla natural.
Preparación:
- Remoje los escaramujos de rosa mosqueta en los dos litros de agua, desde la noche anterior, especialmente si están medio sequitos.
- A la mañana siguiente, con la misma agua cocínelos durante treinta minutos.
- Cuele y pase todo por un tamiz ayudándose con la palma de la mano o un cucharón, para extraer toda la pulpa y pesarla.
- Ponga esta en una cacerola con una cantidad de miel igual al peso de la pulpa pasada, algunas gotas de vainilla y una cucharadita de agar-agar disuelta en poco agua.
- Cocine suavemente hasta lograr la consistencia de dulce chirlo.
- Recuerde que al enfriarse toma la normal densidad.
- Si prefiere usar azúcar, sustitúyalo a la miel, y espese al fuego lentamente.
- Para conservar el dulce un tiempo prudencial, hágalo entibiar y llene frasquitos previamente lavados y esterilizados.
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