Centro de Recuperación y de Recría de Aves Amenazadas Güirá Ogá, en pleno corazón de la selva misionera.
Güirá Ogá fue construida en plena selva utilizando los espacios abiertos por la caída de los grandes árboles como consecuencia del viento, tormentas o intensas lluvias, es decir que en su construcción no ha sido eliminando un solo árbol, demostrando así que el hombre, cuando se lo propone, puede vivir en armonía y equilibrio sin modificar o destruir el ecosistema del que forma parte.
En 1994, la Asociación Ornitológica del Plata (Aves Argentinas) inauguraba en Misiones una filial a cargo del ambientalista de reconocida trayectoria en nuestro país, Juan Carlos Chebez.
Dentro de esa entidad Jorge Anfuso y Silvia Elsegood, naturalistas y especialistas en aves rapaces, presentaban un proyecto para la conservación de las aves en peligro de extinción de la selva misionera.
Las águilas selváticas, algunos loros, la yacutinga, una pava monte amenazada y el macuco, considerada la perdíz más grande del mundo, formaban parte del objetivo principal. La idea era el rescate de aves decomisadas por autoridades provinciales, heridas por cazadores furtivos o entregadas voluntariamente por la población y recuperarlas, rehabilitarlas y liberar, aquellas que podrían sobrevivir en la naturaleza.
Las que no contaban con esas posibilidades, y debían quedar en cautiverio, era posible con un manejo idóneo recriarlas en recintos perfectamente adaptados y sus crías liberarlas a su medio natural. La educación ambiental formaba parte del proyecto y se constituiría en la herramienta fundamental.
GüiraOga, está rodeada de áreas naturales protegidas como el Parque Nacional Iguazú, el Parque Provincial Península y otras áreas protegidas en el norte misionero, donde hoy se concentra la mayor biodiversidad de la fauna silvestre. Es por ello que puede dar rápida respuesta a las autoridades del Parque Nacional o Guardaparques del Ministerio de Ecología, u otros organismos, para el rescate de animales.
En consecuencia, GüiraOga es un centro donde animales heridos o maltrechos pueden recuperarse exitosamente y brinda la posibilidad de sobrevivir a aquellos animales silvestres que fueron capturados por el hombre.
Las aves que forman parte del proyecto.
Cuatro son los grupos de aves que se encuentran en situación critica y necesitan urgente atención.
Las grandes Águilas selváticas misioneras se han adaptado para vivir en el interior de la espesura. Allí sin ninguna duda, la reina alada indiscutida es la Harpía, la rapaz mas fuerte y poderosa del mundo.
Soberbia cazadora, es la Harpía la protagonista preponderante entre los predadores que actúan en niveles superiores del dosel emergente de la selva.
Junto a ella, otras águilas menores pero muy poderosas, como el Águila Crestada Real, la Crestada Negra, el Águila Viuda o Patera y el Águila Monera y conforman junto a otras rapaces el grupo mas numeroso de las especies incluidas en el proyecto.
Los loros, siendo el mas llamativo el Guacamayo Rojo, de gran tamaño y que hoy estaría extinguido en Misiones.
En conjunto con el loro vinoso, el maracaná afeitado, el charao y otros, también forman parte del proyecto. Por la facilidad que poseen estas aves para aprender a hablar y por sus vistoso colores, la caza comercial diezmo sus poblaciones y hoy se encuentran al borde de la extinción total.
Las Pavas de monte incluyen al moitú, especie prácticamente extinguida en Misiones, la pava de monte común y la yacutinga son especies que salvo la primera fueron muy abundantes en nuestra selva. Hoy solo sobreviven en el Parque Nacional Iguazú, Parque Provincial Urugua-í y otras áreas protegidas.
El Macuco es el mayor de nuestros inambúes (perdices), cuya alzada puede alcanzar casi medio metro.
Mas oído que visto, es la única Perdiz que tiene por costumbre dormir en las ramas de los árboles. Cazado casi hasta el exterminio por su codiciada carne, sobrevive hoy en áreas naturales protegidas.
Debido a su ubicación dentro de la Triple Frontera y con un tráfico de fauna de los países vecinos hacia Argentina, son atendidos en Güirá Ogá, gran cantidad de especies silvestres que son decomisadas por las fuerzas de seguridad y aduana.
También muchos animales son atropellados en la ruta de acceso al Parque Nacional Iguazú y son derivados al centro de Recría para su atención.
Ante la inexistencia en la región de un centro de rehabilitación de fauna silvestre, hoy Güirá Ogá debe dar atención a todos los animales accidentados que reciben cuidados veterinarios, son rehabilitados y posteriormente liberados en su hábitat natural.
Aquellos animales que han sufrido daños irreparables y que no pueden volver a la naturaleza son derivados a zoológicos e instituciones que el Ministerio de Ecología determina.
Así, Güirá Ogá, sin apartarse de su proyecto original de asistir a las aves amenazadas, atiende a todas aquellas criaturas que han sufrido la desafortunada experiencia de cruzarse en el camino del hombre.
Gavilanes, lechuzas, tucanes, tingazú, tamandúas, aguará popé, coendú, yacarés, etc., son algunos de los 220 animales que debieron ser atendidos en estos tres años de trabajo, y que hoy gracias al esfuerzo de los que hacen día a día Güirá Ogá, 150 de ellos han podido retornar a su único hogar: La Selva Misionera.
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