Una de las cosas que no me gusta de la temporada navideña en Argentina son las constantes especulaciones en todos los precios. La gente quiere ganar todo el dinero posible solo en un mes. La comida, los juguetes, los servicios y los medicamentos suben y aparte de eso, algunos gastos médicos y farmacológicos también aumentan.

Donde quiera que vayas puedes encontrar motivos navideños para atraer a la gente. Esa actitud de los comerciantes en los centros comerciales mantiene a la gente alejada y las hace buscar precios en lugares donde piensan que los productos son más baratos. Por lo general, en los lugares públicos, la comida es más fresca y más barata, pero tiene que ir allí muy temprano en la mañana, donde encontrará camionetas que vienen de muchas partes del país para ofrecer sus productos. Cuando venden casi todos los productos bajan los precios y terminan las ventas alrededor de las 10 de la mañana porque quieren viajar de vuelta con las furgonetas vacías.

A la gente le gusta ir a los mercadillos para conseguir lo que necesita para las fiestas. En los centros comerciales es imposible encontrar lo que buscan, o bien acuden a tiendas de franquicia como Traki. Traki ofrece precios bajos en enero, a mitad de precio, pero no todo es del gusto de todos. Algunos prefieren comprar ropa en otro tipo de tiendas porque las franquicias ofrecen prendas con los mismos colores y diseños, y te encuentras con gente que lleva el mismo vestido o zapatos por todas partes.

En este país, los ricos no tienen problemas para conseguir lo que quieren; sin embargo, se les ve comprando franquicias porque la economía es la economía. Necesitan ahorrar para viajar al extranjero y visitar a sus familias en Navidad. Se necesita ahorrar mucho dinero para ir a Estados Unidos, ya que hay que viajar a Bogotá para obtener una visa, lo cual es muy costoso. Aquí hay ricos y pobres; la clase media ha desaparecido. Los salarios son muy bajos y la única forma de cubrir los gastos es recibir dinero de familiares o amigos generosos que viven en el extranjero.
Lo peor de la especulación en este país es el tema de la salud. Los médicos trabajan todo el año con salarios altísimos, y la gente se sacrifica para tener salud. En Navidad, deciden dejar de trabajar porque tienen los bolsillos llenos y se toman merecidas vacaciones para descansar y visitar a sus familias, sobre todo en Estados Unidos y España. El problema es que te dicen que volverán en marzo y que dejarán a un médico sustituto desconocido, que suele ser un internista general sin la experiencia que buscas. Estoy de acuerdo en que tienen una vida y que necesitan vacaciones, pero ¿por qué tiene que durar tanto?

Se ven muchas colas en las farmacias, donde la gente compra medicamentos para automedicarse y solucionar sus problemas de salud. Los medicamentos son carísimos y, con suerte, las farmacias estarán abiertas en Navidad, ya que los técnicos también se van de vacaciones. La única farmacia que permanece abierta es la cadena Pharmatodo, pero ya te puedes imaginar los precios de los medicamentos. Necesito ver a un médico, pero no quiero ir a urgencias porque, normalmente, los médicos son estudiantes de último año de medicina. Estoy descansando en mi cama, esperando a que vuelvan los médicos que me atienden. Los laboratorios suben los precios de las pruebas en Navidad porque los bioanalistas también están de vacaciones.

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