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Los señores de la palabra

La expresión precisa, el discurso claro, profundo y elocuente fueron siempre un signo de poder entre los indígenas de nuestra tierra. Caciques como Juan Calfucurá y Vicente Pincén eran reconocidos oradores. Los grandes jefes indios hicieron de la palabra la expresión cabal de sus pensamientos y decisiones y una fuente para la transmisión de lo sagrado.  Los indígenas conformaron esencialmente culturas orales, ya que salvo excepciones- no tuvieron escritura. Sin embargo ello no fue un obstáculo para que la forma de vida y la cosmovisión ancestral persistieran en el tiempo, conformando una de las claves en la vigencia de los originarios de la tierra.  La tradición oral se convirtió en un factor crucial para la transmisión de los conocimientos y la sabiduría. La palabra tuvo una importancia singular y las lenguas madres, transferidas de generación en generación, se convirtieron en sostén de las identidades comunitarias.  Muchas veces, la palabra estaba asociada a lo sagrado y los mi

Entre pócimas y jarabes en el barrio porteño de Montserrat.

En el barrio porteño de Montserrat se levanta la Farmacia de la Estrella, fundada hace 170 años y pionera en América del Sur. El negocio respeta la antigua decoración que contemplaban los vecinos en tiempos del nacimiento del país. La farmacia de la esquina no es cualquier farmacia, ni la esquina de Alsina y Defensa es cualquier esquina. Se trata de la Farmacia de la Estrella, la primera de América del Sur, fundada en 1834 a instancias de Bernardino Rivadavia y que ocupa desde fines del siglo XIX la intersección de dichas calles -entonces Potosí y Mayor, el centro social y comercial de Buenos Aires-, frente a la iglesia de San Francisco. A partir de 1971, cuando fue adquirida por la entonces Municipalidad porteña, forma parte del Museo de la Ciudad. La ubicación del viejo negocio no es casual. En aquella época, las campanadas de las iglesias guiaban a los vecinos que tenían urgencia por conseguir un remedio para sus males. Eran tiempos de lepra, sífilis, tuberculosis, y la ciudad e

Yunta brava del Tango: Mariano Mores y Enrique Santos Discépolo.

Creadores de música y poesía de Buenos Aires El gran pianista y compositor Mariano Mores relata anécdotas de su relación con el mayor poeta del tango, Enrique Santos Discépolo. Una dupla que dejó creaciones inolvidables. Aquellas que el pueblo de Buenos Aires convirtió en obras clásicas que desdeñan el paso del tiempo . Para adentrarse en el mundo del tango y sus derivaciones (que a partir de Ástor Piazzolla se considera como música de Buenos Aires), hay que hablar de sus más destacados creadores: Eduardo Arolas, Agustín Bardi, Carlos Gardel, Alfredo Lepera, Juan Carlos Cobián, Enrique Cadícamo, Aníbal Troilo, Homero Manzi, Osvaldo Pugliese, Homero Expósito, el citado Piazzolla. Pero un poeta muerto hace poco más de 50 años y un músico que sigue en la brecha a los 85 conforman una yunta realmente brava en eso de aunar textos y melodías que el pueblo se encargó de convertir en obras clásicas, aquellas que se ubican más allá del tiempo. Son ellos Enrique Santos Discépolo y

Los bares porteños sobreviven al tiempo como lugares característicos de encuentro.

Los bares porteños sobreviven al tiempo como lugares característicos de encuentro y como formadores de la vida cultural de la ciudad. En sus mesas, silenciosas compañeras de famosos de antaño, aún se cultivan las amistades, el arte y, por supuesto, los romances. Tras la Guerra Civil española, a fines de los años 30, muchos republicanos emigraron a nuestro país. Uno de ellos fue Don Pío del Río Ortega, reconocido médico, discípulo de don Santiago Ramón y Cajal. El científico eligió Argentina en vez de Inglaterra, donde tenía un ofrecimiento laboral de la prestigiosa Unversidad de Oxford. Ya en Buenos Aires, el escritor Eduardo Blanco Amor le preguntó por qué había tomado esa decisión. Don Pío contestó: "Es que en Buenos Aires hay bares".  Sin duda, los bares se instalaron en la ciudad como lugares de gran trascendencia social y formadores de su entramado cultural. En la actualidad, aunque muchos han cambiado su fisonomía y otros cerraron sus persianas, en sus mesas n

El CONICET, en los primeros puestos del mundo por calidad y cantidad de publicaciones

Se trata del Ranking de Instituciones SCImago (SRI) World Report 2012, que ubica a la institución en la posición número 95 y destaca sus altos índices de desempeño. De acuerdo al último ranking elaborado por la plataforma de evaluación de alcance mundial SCImago en donde se analiza el rendimiento de las investigaciones realizadas, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) se ubicó en el puesto 95 sobre un total de 3290 instituciones evaluadas a nivel mundial entre 2006 y 2010. El núcleo comprendido en el informe está constituido por 2.177 establecimientos de educación superior, mientras que el sector gobierno, que engloba organismos similares al CONICET, a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y al sector salud, participan con 402 y 595, respectivamente.  Los primeros tres puestos del ranking están ocupados por el Centre National de la Recherche Scientifique de Francia, la Chinese Academy of Sciences de China, y la Russian Academy of Sciences

Los sabios analfabetos.

Alejado de las grandes ciudades, el destacado escritor eligió llevar una vida tranquila en la localidad jujeña de Yala, lugar al que regresa luego de sus jornadas como juez de la Corte Suprema de Jujuy. Habla del exilio, los paraísos perdidos y la relación entre literatura y derecho  Conoció buena parte de las grandes ciudades del mundo y vivió un tiempo en varias de ellas, en una ocasión por un exilio forzado y en otras a partir de presentaciones de sus libros, sus viajes como diplomático o dando conferencias en universidades extranjeras, pero Héctor Tizón siempre regresa al refugio, en su Yala natal.  El escritor jujeño no sólo guarda en el recuerdo cada tarde de sus primeros años de vida y su juventud en ese paraje puneño, sino que está de vuelta siempre para darle cuerpo a sus libros, encontrar los personajes que enriquecen sus novelas y disfrutar del tiempo, como suele decir merced a que no vive dentro del ritmo frenético de las grandes ciudades.  Y, es esta conjunci

Primeros Pueblos Originarios del Noroeste Argentino.

Este grupo indígena habitó la región conocida como la Puna y su área de influencia abarcó desde el noroeste de la provincia de Jujuy hasta el noroeste de Catamarca , comprendiendo a la provincia de Salta .  Los casabindo y los cochinoa , también de la Puna, estaban relacionados con los apatamas, lo mismo que los atacamas del otro lado de la Cordillera, con quienes compartían una lengua común, el cunza . Los apatamas recibieron influencias culturales de sus vecinos diaguitas , calchaquíes , omaguacas y del Altiplano; fueron excelentes agricultores que cosechaban maíz, papa y quinoa. Estos alimentos eran almacenados en las paredes rocosas de los cerros, en los cuales practicaban unos agujeros en los que los depositaban.  Trabajaban la piedra y la madera, fabricando palas, azadones y cuchillos.  Domesticaron la llama, que utilizaban como bestia de carga y de la que también obtenían carne, leche, cueros y lana. Otra de sus actividades era la explotación de las salinas, de las que