Actividades como esquí en el Cerro Perito Moreno o terapias alternativas para energizar el organismo son las novedades de esta temporada en el suroeste de Río Negro. Este paraje patagónico presenta una oferta cultural diferente, forjada por aquella corriente del hippismo que reunió a pintores, escultores, músicos, fotógrafos y luthiers.
Una buena temporada de esquí en el Cerro Perito Moreno, un nuevo isólogo para reforzar la imagen del destino y las terapias alternativas para energizar el organismo son las novedades de esta temporada en El Bolsón.
El nombre de esta ciudad proviene de la particular conformación geográfica de la región, que semeja un bolsón rodeado de montañas y glaciares, a sólo 120 kilómetros al sur de Bariloche y al pie del imponente cerro Piltriquitrón.
Para los nativos "es y será un paraíso de mitos y utopías, donde alguna vez floreció el sueño de la República del Bolsón".
Un sueño al que contribuyeron las culturas de los pueblos aborígenes, los inmigrantes chilenos y europeos, la llegada de los hippies en los años ’70, y de los profesionales en los ’80, que instalaron en el valle cordillerano un crisol de influencias.
El Bolsón es, también, la ciudad patagónica con una oferta cultural diferente, forjada por aquella corriente del hippismo que reunió a pintores, escultores, músicos, fotógrafos y luthiers.
En 1980 llegó a este énclave andino Marcelo García Morillo, un músico que estudia e interpreta música medieval y que ya montó en el país 12 realizaciones propias, creó el conjunto "Languedoc" y es uno de los 10 luthiers que fabrican instrumentos de esa época.
Su fama de tierra de leyendas comenzó en la década del ’20, cuando el sheriff norteamericano Martin Sheffields perseguía bandidos por la comarca y dijo que había visto un animal con un enorme caparazón, cuatro aletas, cuello largo y cabeza pequeña.
Se lo definió como un pleciosaurio y se informó al zoológico de Buenos Aires; desde allí la noticia se filtró y llegó a la prensa de los Estados Unidos, cuyo gobierno reclamó al animal alegando que lo había descubierto un ciudadano de aquel país.
La leyenda en torno a la bestia nunca encontrada se desvaneció un siglo después, cuando el historiador local Juan Matamala habló con la hija del sheriff, y ésta le confesó que fue ella quién había visto, varias veces, al presunto pleciosaurio.
La práctica de parapente, desde las terrazas naturales del "Piltri", surgió en los altos dominios de los cóndores y atrajo rápidamente a audaces de todo el mundo que llegan a "colgarse" de las térmicas que cruzan el cielo.
Los cursos duran 20 días y los deportistas se alojan en una chacra que está frente al cerro.
En estos días, Martín Baldajmira, un parapentista de El Bolsón y uno de los biólogos que más sabe de cóndores, está filmando las últimas escenas de su película "El camino del Cóndor", en el que busca, encuentra y muestra similitudes entre parapentes y cóndores.
La cervecería El Bolsón lanzó este año su nueva cerveza artesanal con sabor a chocolate, un producto que se suma a otros 15 sabores, y que Juan Carlos Bahlaj, fundador y creador de este establecimiento emblemático, sugiere "para acompañar el postre, por su sabor dulce", asegurando que "es ideal para el invierno".
Los turistas pueden degustar esta bebida directamente de los tanques de maduración, eligiendo, por ejemplo, la "cerveza con miel", elaborada con la flor otoñal del lúpulo, o la "negra ahumada", oscura por el tostado de la malta con leña del bosque.
Una buena temporada de esquí en el Cerro Perito Moreno, un nuevo isólogo para reforzar la imagen del destino y las terapias alternativas para energizar el organismo son las novedades de esta temporada en El Bolsón.
El nombre de esta ciudad proviene de la particular conformación geográfica de la región, que semeja un bolsón rodeado de montañas y glaciares, a sólo 120 kilómetros al sur de Bariloche y al pie del imponente cerro Piltriquitrón.
Para los nativos "es y será un paraíso de mitos y utopías, donde alguna vez floreció el sueño de la República del Bolsón".
Un sueño al que contribuyeron las culturas de los pueblos aborígenes, los inmigrantes chilenos y europeos, la llegada de los hippies en los años ’70, y de los profesionales en los ’80, que instalaron en el valle cordillerano un crisol de influencias.
El Bolsón es, también, la ciudad patagónica con una oferta cultural diferente, forjada por aquella corriente del hippismo que reunió a pintores, escultores, músicos, fotógrafos y luthiers.
En 1980 llegó a este énclave andino Marcelo García Morillo, un músico que estudia e interpreta música medieval y que ya montó en el país 12 realizaciones propias, creó el conjunto "Languedoc" y es uno de los 10 luthiers que fabrican instrumentos de esa época.
Su fama de tierra de leyendas comenzó en la década del ’20, cuando el sheriff norteamericano Martin Sheffields perseguía bandidos por la comarca y dijo que había visto un animal con un enorme caparazón, cuatro aletas, cuello largo y cabeza pequeña.
Se lo definió como un pleciosaurio y se informó al zoológico de Buenos Aires; desde allí la noticia se filtró y llegó a la prensa de los Estados Unidos, cuyo gobierno reclamó al animal alegando que lo había descubierto un ciudadano de aquel país.
La leyenda en torno a la bestia nunca encontrada se desvaneció un siglo después, cuando el historiador local Juan Matamala habló con la hija del sheriff, y ésta le confesó que fue ella quién había visto, varias veces, al presunto pleciosaurio.
La práctica de parapente, desde las terrazas naturales del "Piltri", surgió en los altos dominios de los cóndores y atrajo rápidamente a audaces de todo el mundo que llegan a "colgarse" de las térmicas que cruzan el cielo.
Los cursos duran 20 días y los deportistas se alojan en una chacra que está frente al cerro.
En estos días, Martín Baldajmira, un parapentista de El Bolsón y uno de los biólogos que más sabe de cóndores, está filmando las últimas escenas de su película "El camino del Cóndor", en el que busca, encuentra y muestra similitudes entre parapentes y cóndores.
La cervecería El Bolsón lanzó este año su nueva cerveza artesanal con sabor a chocolate, un producto que se suma a otros 15 sabores, y que Juan Carlos Bahlaj, fundador y creador de este establecimiento emblemático, sugiere "para acompañar el postre, por su sabor dulce", asegurando que "es ideal para el invierno".
Los turistas pueden degustar esta bebida directamente de los tanques de maduración, eligiendo, por ejemplo, la "cerveza con miel", elaborada con la flor otoñal del lúpulo, o la "negra ahumada", oscura por el tostado de la malta con leña del bosque.
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