La gran mayoría de los argentinos que hoy viven su propio tiempo, no conocen la historia de este gran deportista, ingeniero y aviador. De hecho, si consultáramos a la gente de la Ciudad de Buenos Aires, sobre ese nombre la mayoría diría que es aeroparque metropolitano.
Lo cierto que este hijo de un dentista norteamericano llamado Ralph Newbery y de la argentina Dolores Malargie, fue el primer ídolo popular de la República Argentina en los comienzos del siglo XX.
Jorge Newbery
Se recibió de bachiller en la escuela escocesa San Andrés y luego partió hacia los Estados Unidos donde estudió ingeniería en Cornell University, fue alumno de un monstruo sagrado de la ciencia: Thomas Alva Edison. En el país del norte practicó y se destacó en varios deportes: natación, boxeo, remo y esgrima entre otros.
A sus 22 años regresa a la Argentina con el título de ingeniero electricista y comienza a trabajar en la compañía de electricidad pero pronto ingresa a la armada donde además de desempeñarse como ingeniero es nombrado profesor de natación.
Entre los años 1900 y 1904 se desempeña como director general de Instalaciones Eléctricas, Mecánicas y Alumbrado del municipio de la ciudad de Buenos Aires y también fue designado profesor de electrotecnia en la escuela industrial de la Nación.
Viajó a Estados Unidos y Europa en varias oportunidades participando de importantes congresos sobre electricidad llegando a presentar trabajos que recibieron elogios, pero no todo era la electricidad en su vida, fue alternando su trabajo con las carreras de autos a partir de 1901, cuando recién aparecían en nuestro país esos bólidos que tanto revuelo causaban.
Pero algo más ocupaba su mente: volar, eran tiempos de cambios y escuchaba historias que iban llenando su espíritu inquieto: las hazañas del paraguayo Silvio Pettirossi, el peruano Jorge Chávez, el mexicano Alberto Braniff y el brasileño Alberto Santos Dumont, herederos latinoamericanos de la hazaña de los hermanos norteamericanos Wilbur y Orville Wright.
Cuando conoció al brasileño Santos Dumont dejó toda otra pasión de lado y se abocó totalmente a la idea de volar.
El 25 de diciembre de 1907 acompañó a Aarón de Anchorena abordo del globo aerostático “Pampero” con el que cruzaron el Río de la Plata y llegaron a Uruguay. Luego de esta hazaña y junto con su amigo Aarón y otros fundaron el Aero Club Argentino.
El Pampero
Pese a que el 17 de octubre de 1908 la tragedia lo enlutó al desaparecer su hermanos Eduardo junto al Sargento Primero Romero a bordo del mismo Pampero en un viaje rutinario (sus cuerpos jamás fueron encontrados), no cesó en su empeño de continuar volando. Hizo ascensiones con el globo “El Patriota” y con “Huracán”; con este último batió el récord sudamericano de permanencia en el aire y distancia: 550 kilómetros en 13 horas, fue el 28 de diciembre de 1909. Obsesionado con los vuelos en globo en 3 años realizó 40 vuelos y en honor a su hermano construyó el “Eduardo Newbery” un gigantesco globo, el más grande que haya volado jamás en nuestro país.
Y luego vinieron los aviones, en 1910 logró su licencia de piloto y con el auspicio del presidente de la Nación, Roque Sáenz Peña, funda la Escuela Militar de Aviación, primera en América latina.
Con los aviones su leyenda se agigantó, el 24 de noviembre de 1912 cruza el Río de la Plata en el monoplano “Centenario”, un Bleriot Gnome de 50 HP, hace la ida y la vuelta en el mismo día.
El 10 de febrero de 1914 bate el record mundial de altura en un monoplano Morane–Sulnier, llega hasta los 6.225 metros pero su marca nunca fue homologada ya que para hacerlo se debía superar la marca anterior en un mínimo de 150 metros y el solo lo hizo por 65.
El primer día de marzo de 1914 despegó del campo de aviación Los Tamarindos en la provincia de Mendoza en su Morane–Saulnier (el mismo del record de altura), era un entrenamiento para un nuevo desafío: el cruce de Los Andes. Aterrizó sin novedad pero una dama le solicitó una demostración y no se negó, volvió a despegar pero esta vez con un monoplano prestado por su amigo y también as del aire Teodoro Fels; le advirtió que una de las alas tironeaba.
Mientras realizaba algunas arriesgadas cabriolas el avión cayó a tierra y Jorge Newbery murió en el acto, tenía 38 años de edad.
Newbery ganó importantes títulos como boxeador aficionado en los años 1899, 1902, 1903; en 1901 ganó el título en el campeonato sudamericano de florete; en 1908 ganó la regata de los 1000 metros dos remos largos y en 1910 integró el equipo que estableció el récord de velocidad en bote de cuatro remos largos.
Es recordado en las letras de siete tangos, en una película llamada "Más allá del sol", posee un monumento en el barrio de Villa Lugano, llevan su nombre: siete escuelas, diecisiete clubes, once calles, cinco avenidas, cinco barrios y una plaza. Se entregan los premios anuales del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con su nombre a los mejores deportistas. Y como mencionamos al principio, el aeroparque metropolitano de la Ciudad de Buenos Aires se llama Jorge Newbery.
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