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Sueños de altura y nieve.

Año tras año miles de turistas se dan cita en lugares como el cerro Catedral , Chapelco y Cerro Bayo , dispuestos a disfrutar el tradicional deporte del esquí. Los vio pasar como un haz de luz moviendo los brazos suavemente enfundados en sus trajes sintéticos hasta perderse en la distancia. En su lento recorrido se iba sucediendo el paisaje como una bendición derramada sobre las laderas del cerro Catedral. Penosamente lograba mantener el equilibrio sobre las tablas de esquí, hasta que vio a la mujer que se sostenía de un cartel publicitario con ambas manos. Entonces el hombre sonrío: supo que sólo a los experimentados les estaba reservado el don de volar sobre la nieve. La escena se repite cotidianamente en las laderas nevadas. Unos parecen dominar la montaña, la inmensidad del paisaje, la velocidad. Otros, con mucha suerte pueden sostenerse en pie algunos metros. Pero la mayoría comparte el sueño renovado de poder subir a la montaña y deslizarse sobre ella, una hazaña que come

El camino del silencio.

El tren Expreso Rionegrino une las ciudades de San Carlos de Bariloche e Ingeniero Jacobacci. Cinco pueblos viven de lo que el ferrocarril lleva y trae. Es un pintoresco recorrido desde el lago Nahuel Huapi que va adentrándose en la estepa. Cuando el reloj de la estación ferroviaria de San Carlos de Bariloche marca las 5 de la tarde, Abelardo Juan, guarda de toda la vida, colgado del estribo da la señal de partida. El fuerte silbido de la locomotora marca el rito que este hombre, enfundado en su uniforme azul, repite tres veces a la semana. Lentamente el tren comienza a dejar atrás la cordillerana ciudad turística para ir al encuentro de Ingeniero Jacobacci, pueblo de las estepas, enclavado en el corazón de la provincia de Río Negro. Tres vagones con 212 asientos transportan a hombres y mujeres, alguno de cuyos rostros deja percibir la emoción de una belleza natural que lleva a enmudecer. De a tramos el silencio parece adueñarse del vagón, las miradas absortas en algún punto

La furia del volcán.

Cuentan los huiliches -gente del Sur- que el volcán estaba habitado por un poderoso pilláñ, el espíritu de un valiente cacique de nombre Lanín, muerto en batalla contra invasores de la región. El pilláñ se había transformado en un firme defensor de los animales y la vegetación de su reino, que terminaba en las orillas de los lagos y en la entrada de los valles. Un día, guerreros de la tribu del cacique Huanquimil llegaron hasta las cercanías del Lanín persiguiendo huemules, cuya carne usaban para alimentarse y sus cueros para vestirse y fabricar sus viviendas. Sin saber de los peligros que los esperaban, los hombres de Huanquimil se fueron internando tras los evasivos animales, siempre cuesta arriba, escondiéndose entre la vegetación para no asustarlos. Pero los perros que los acompañaban rompieron el silencio, los huemules escaparon y mucho trabajo costó a los huiliches capturarlos. Finalmente lograron su objetivo y, arrastrando las presas, comenzaron el descenso. Pero ante

Carlos Casalla padre del legendario personaje de historieta El Cabo Savino.

Padre del legendario personaje de historieta El Cabo Savino, Casalla se instaló en Bariloche hace cincuenta años. Inteligente y cálido, contó el pasado en sus relatos de manera rigurosa. El Gran Lago, uno de sus últimos trabajos, fue seleccionado por la Unesco como material de consulta contra la discriminación. Era un valiente suboficial que recorría la zona de los fortines, desmadejando aventuras montado sobre un caballo flaco y apretando un cigarrillo de chala entre sus labios. Era El Cabo Savino, para muchos argentinos un entrañable personaje protagonista de la historieta no cómica de mayor duración en el país: treinta y tres años estuvo en el papel, siempre de la mano de Carlos "Chingolo" Casalla, su creador. "Por ese entonces estaba de moda un personaje, el Sargento Kirk, creado por el italiano Hugo Pratt - comienza a decir Casalla -. Había que hacer una historia más local, más nuestra. Qué mejor que un cabo medio civil, por qué no un perdedor. Así fue que invent

Nguillatún, el poder de una ceremonia.

Es un ritual esencial de los mapuches, que les sirve de orientación y permite a la comunidad revitalizarse año a año en su mundo de creencias. La rogativa comienza al amanecer con la cabalgata del jefe de la comunidad y sus hombres. Tres días dura esta ceremonia ancestral en la que pocos "blancos" pueden participar. Después de cientos de años, muchas ceremonias del mundo indígena viven y se reactualizan con una intensidad llamativa. La fuerza de la identidad de los pueblos originarios ha logrado que la cosmovisión milenaria se reinstale entre nosotros con renovadas energías. Algunos ejemplos nos muestran la presencia de ese universo ceremonial que fortalece a los pueblos indígenas y que los vincula, desde estos valores, con la sociedad "blanca": el Año Nuevo que en Sudamérica se conmemora el 21 de junio, coincidente con el solsticio de invierno y que pone a los indios en contacto profundo con el Padre Sol -el llamado Intiq Raymin de las culturas andinas

Hugo Diez uno de los más destacados pintores expresionistas argentinos contemporáneos.

Es uno de los más destacados pintores expresionistas argentinos contemporáneos. Los caballos han sido una constante en su vida y los ha retratado en sus formas más diversas, con una fuerza y una potencia que sorprenden. Los dedos rozan el pincel, lo sostienen como si lo estuvieran acariciando. La imagen que devuelve el óleo guarda una belleza inusual: una partida de indios a caballo sobre alguna planicie patagónica y, al fondo, un cielo de grises tonos presagiando tormenta. En la habitación, los tarros de pintura desparramados sobre el suelo y la paleta llena de colores guardando un orden que sólo el artista conoce. Como si en la punta de las yemas llevase la imagen precisa de lo que piensa colocar en el lugar y el ángulo exacto de la tela, Hugo Diez pinta. Es un hombre sin grandes escuelas académicas pero lleno de talento. Comenzó a dibujar y pintar en plena niñez, pero fue a los once años cuando pretendió calzarse el rótulo de artista. En Trenque Lauquen, su ciudad natal, se llev

Luisa Calcumil con la voz de la antigua sabiduría mapuche heredada de sus "queridos antiguos".

Protagonizó la película Gerónima y lleva por el país y el mundo la sabiduría mapuche heredada de sus "queridos antiguos".  Tan dulce como firme en sus convicciones, consagra su existencia a la defensa y la difusión de la cultura de sus paisanos. Luisa Calcumil -cuyo apellido significa Oro del Brujo -, es profunda hasta cuando bromea. Dice que enfrenta la triple adversidad de ser "mujer, indígena y artista". Protagonista de la película Gerónima, de Raúl Toso; recordada por su papel en La Nave de los Locos, de Ricardo Wullicher, es una viajera incansable que lleva su arte y su mensaje allí donde la llamen.  Honrada con decenas de premios, esta mujer de 54 años, menuda, de ojos penetrantes y hablar pausado, acaba de llegar del Foro Mundial de Barcelona 2004, al que fue invitada como representante de la cultura mapuche.  En la dimensión de la calidez de su casa, insertada en un barrio obrero, entre la atención de un marido carpintero y la preocupación per