Hace un siglo, durante los primeros estadios de toma del poder de América por parte de las empresas, la discusión sobre estos temas era bastante abierta.
Los conservadores denunciaron el proceso, describiéndolo como un "retorno al feudalismo" y "una forma de comunismo", lo que no es par;nada una analogía inapropiada.
Los orígenes intelectuales eran similares, basados en la idea neohegeliana de derecho de las entidades orgánicas, juntamente con la creencia en la necesidad de tener una administración centralizada de 1os sistemas caóticos, como los mercados, que estaban totalmente fuera de control.
Fijémonos que estaba articulando ideas que eran lugar común entre la clase obrera unos cuantos años antes. Lo mismo ocurrió con su llamamiento a la eliminación, sustitución del feudalismo industrial mediante la democracia industrial autogestionada.
Aunque observemos que esto fue escrito en apoyo del proceso.
Describía el proceso como quizás desafortunado, pero necesario, alineándose en particular con el mundo de los negocios tras los destructivos fallos del mercado de los años precedentes, que convencieron al mundo de los negocios y a los intelectuales progresistas de que los mercados había que administrarlos y que las transacciones financieras había que regularlas.
Fueron asimismo liberadas de antiguas obligaciones de ceñirse a las actividades empresariales específicas para las que tenían autorización. Y todavía más, en un importante cambio de orientación, los jueces decantaron su poder a favor de los accionistas, identificándose en un partenariado con el control centralizado y con la persona inmortal de la empresa.
Esto quiere decir que la General Motors, si está operando en México, puede exigir ser tratada como una empresa mexicana. Este derecho corresponde solamente a las personas inmortales, no es un derecho de las personas de carne y hueso. Un mexicano no puede ir a Nueva York y exigir el tratamiento nacional y que se le conceda, pero las grandes empresas sí.
Los conservadores denunciaron el proceso, describiéndolo como un "retorno al feudalismo" y "una forma de comunismo", lo que no es par;nada una analogía inapropiada.
Los orígenes intelectuales eran similares, basados en la idea neohegeliana de derecho de las entidades orgánicas, juntamente con la creencia en la necesidad de tener una administración centralizada de 1os sistemas caóticos, como los mercados, que estaban totalmente fuera de control.
Los primeros estadios de toma del poder de América. |
Los primeros estadios de toma del poder de América.
Vale la pena retener la idea de que en lo que hoy día se denomina "economía de librecambio", una parte muy grande de las transacciones internacionales (deno-minadas comercio para despistar), probablemente alrededor del 70% de éstas, se hacen de hecho dentro de instituciones gestionadas centralizadamente, entre empresas y entre alianzas empresariales. Por no destacar otras formas de distorsiones radicales del mercado.Los primeros estadios de toma del poder de América por parte de las empresas hace 100 años.Haz clic para Twittear
La critica conservadora (uso el término "conservador un sentido tradicional, tales conservadores hoy día apenas existen) fue recogida por los liberal-progresistas del extremo del abanico político a principios del siglo XX, siendo quizás el más renombrado ]ohn Dewey, importante filósofo social americano cuyo trabajo se centró en temas de democracia.Las formas democráticas tienen escasa entidad.
Sostuvo que las formas democráticas tienen escasa entidad cuando "la vida del país" (producción, comercio, medios de comunicación) está dominada por tiranías privadas en un sistema que él denominó "feudalismo industrial", en el clase trabajadora está subordinada al control de los directivos, y la política se ha vuelto "la sombra de las grandes empresas sobre la sociedad".Fijémonos que estaba articulando ideas que eran lugar común entre la clase obrera unos cuantos años antes. Lo mismo ocurrió con su llamamiento a la eliminación, sustitución del feudalismo industrial mediante la democracia industrial autogestionada.
Los intelectuales progresistas.
Es interesante señalar que los intelectuales progresistas que se mostraron a favor del proceso de la toma del poder por parte de las empresas, también estuvieron más o menos de acuerdo con esta descripción de la situación. Woodrow Wilson, por ejemplo, escribió que "la mayor parte de los hombres son sirvientes de las grandes empresas", que actualmente constituyen "la mayor parte de los negocios del país" en una América muy diferente de la anterior, que ya no es un lugar de emprendedores individuales, de oportunidades individuales y de logros individuales"; en la nueva América que surge, "pequeños grupos de hombres controlan grandes empresas, ostentan el poder, el control sobre la riqueza, las oportunidades de negocio del país", tornándose "rivales del mismo gobierno", y minando la soberanía popular, ejercida a través de un sistema político democrático.Aunque observemos que esto fue escrito en apoyo del proceso.
Describía el proceso como quizás desafortunado, pero necesario, alineándose en particular con el mundo de los negocios tras los destructivos fallos del mercado de los años precedentes, que convencieron al mundo de los negocios y a los intelectuales progresistas de que los mercados había que administrarlos y que las transacciones financieras había que regularlas.
Leer también: La Edad de Plomo, enorme explosión de capital especulativo a muy corto plazo para ahogar a la economía productiva.Cuestiones similares, muy similares, están hoy de moda en la arena internacional. Por ejemplo la reforma de la arquitectura financiera y cosas así. Hace un siglo, las grandes empresas veían garantizaban los derechos de las personas mediante una actividad judicial radical, una violación extrema de los principios liberales clásicos.
Fueron asimismo liberadas de antiguas obligaciones de ceñirse a las actividades empresariales específicas para las que tenían autorización. Y todavía más, en un importante cambio de orientación, los jueces decantaron su poder a favor de los accionistas, identificándose en un partenariado con el control centralizado y con la persona inmortal de la empresa.
La historia del comunismo.
Aquellos que conozcan la historia del comunismo reconocerán que este proceso es muy similar al proceso que tenía lugar a la vez, muy pronto predicho, por cierto, por críticos de izquierda, marxistas de izquierda y críticos anarquistas del bolchevismo, gente como Rosa Luxemburg, quien había advertido con bastante antelación que la ideología centralizadora desplazaría el poder de la clase obrera hacia el Partido, hacia el Comité Central, y luego hacia el líder máximo, tal como ocurrió poco después de la conquista del poder estatal en 1917, que destruyó a su vez lo poco que quedaba de los principios y formas socialistas. Los propagandistas de ambos lados prefieren una historia diferente que les vaya mejor, pero creo que esta es la correcta.Las grandes empresas.
En años recientes, las grandes empresas han venido escatimando derechos que van mucho más allá de los de las personas. Bajo las reglas de la Organización Internacional del Trabajo, las grandes empresas exigen el respeto al derecho del "tratamiento nacional".Esto quiere decir que la General Motors, si está operando en México, puede exigir ser tratada como una empresa mexicana. Este derecho corresponde solamente a las personas inmortales, no es un derecho de las personas de carne y hueso. Un mexicano no puede ir a Nueva York y exigir el tratamiento nacional y que se le conceda, pero las grandes empresas sí.
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Lobbies al servicio de las empresas multinacionales son los más numerosos y los de mayor influencia en las instancias de poder político y económico internacional, como las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio, la Unión Europea.
ResponderEliminarCoincido contigo Fausto, saludos y gracias por comentar.
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